Mariel Colón dijo en entrevista exclusiva para el referido medio que las niñas de ocho años viajaron desde su casa en México para ver a su padre.
Aunque el capo sinaloense no pudo tener contacto físico con sus hijas, la visita le dio a Loera Guzmán “un aire de positivismo, de alegría, de querer seguir peleando por su libertad para poder estar con estas criaturas”.
“Para las niñas tiene que haber sido duro no poder abrazar a su papá, porque la visita fue a través de un cristal”, dijo.
Emalí y María Joaquina acompañaron a su madre, Emma Coronel, al lugar en el que el narcotraficante cumple su cadena perpetua.
Explica la abogada que su contacto con familiares está regulado por “medidas administrativas especiales”.
El capo sinaloense solo tiene permitidas cinco visitas al mes. Tiene derecho a intercambiar cartas con familiares y a realizar dos llamadas telefónicas de 15 minutos cada mes.
“Él puede decidir si serán visitas religiosas, legales o sociales”, detalló la abogada de Joaquín Guzmán.