LO "MATO el BIENESTAR, MATAN al CHAPO de los MARISCOS en ENCONTRONAZO de ALTA VELOCIDAD en CULIACAN
La mas reciente colisión mortal en Culiacán no solo narra la tragedia de José Luis “El Chapo de los mariscos” —quien terminó siendo volado por una RAMa del Gobierno federal a toda velocidad en medio de la Benito Juárez—, sino que se convierte en una triste alegoría nacional del desastre al volante patrocinado por nuestras propias dependencias y que en materia de seguridad suelen usar vehículos «camuflados» como patrullas de inteligencia.
De acuerdo a la informacion,un misil con logotipos de Bienestar y la bendición de la 4T acabó estampándose contra el marisquero y su carreta, dejando patas arriba no solo los mariscos, sino el decoro institucional.
Mientras los mariscos volaban y los utensilios se desperdigaban por la avenida, el conductor oficial terminó ensangrentado y abollado, pero con la fortuna de recibir auxilio y un futuro legal incierto.
La pregunta inevitable: ¿quién diablos les enseña a manejar a los burócratas motorizados? ,porque parece que ni siquiera las costosas capacitaciones son suficientes para frenar la epidemia de incompetencia detrás del volante institucional.
La cifra no solo preocupa: según las fuentes, el Estado mexicano paga cada año cientos de millones de pesos en accidentes protagonizados por vehículos oficiales, cuyas manos temblorosas al volante resultan más mortales que la corrupción administrativa o las balaceras. Mejor enseñen a manejar, que de estrategias y operativos ya tenemos suficientes cadáveres sobre el pavimento.
Ni los mariscos, ni los marisqueros, son inmunes a la fatal programación de una burocracia que no sabe girar el volante; lejos de la retórica, la muerte de “El Chapo de los mariscos” es testimonio irrefutable del costo humano de una pésima estrategia gubernamental que comienza donde nadie mira: en la Escuela de Conducción para Servidores Públicos y acaba, como se ve, en la morgue de Culiacán.