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Los Ninis: del terror en Culiacán

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Los Ninis: del terror en Culiacán

"La escuela no nos gustó, ni el trabajo de oficina. El Nintendo ya aburrió, queremos adrenalina, Los Ninis somos de acción, la montaña patrocina [...] Son puros plebes de veinte que se matan por Iván, van abriendo los caminos con puro rifle alemán, aquí hay más cuernos de chivo que iglesias pa' rezar", se escucha en las primeras estrofas de un narcocorrido interpretado por la agrupación Alta Consigna.

En poco más de tres minutos, el controversial tema narra la historia de Los Ninis, un grupo de pistoleros que se consolidaron en el hampa sinaloense como uno de los brazos armados más poderosos con los que contaban los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, así como Ovidio y Joaquín Guzmán López.

Mejor conocidos como Los Chapitos, antes de su conflicto con La Mayiza y de que Estados Unidos desatara una cacería en su contra, los hijos de Joaquín Guzmán Loera se dieron a la tarea de integrar un anillo de seguridad capaz de defender sus intereses y su propia integridad a toda costa. Y lo consiguieron.

El encargado de encabezar dicho brazo armado fue Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, quien se desempeñó como un importante lugarteniente y operador de la familia Guzmán en el Cártel de Sinaloa. Un perfil hiperviolento y habilidad para coordinar diversas actividades delictivas hicieron del también llamado Chicken Little o El 19 uno de los elementos más notorios dentro de la facción.

Lo que nunca esperaron Los Ninis y sus jefes fue que pasarían de sentirse impunes y protegidos en Sinaloa a enfrentar un duro proceso legal en Estados Unidos, mismo que empezó con la caída con la propia caída de los líderes a quienes un día juraron proteger.

El terror en Culiacán

El 17 de octubre de 2019 no sólo México sino también parte del mundo fue testigo del poderío armamentístico y táctico que poseían los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán en Sinaloa. Aquel jueves, autoridades federales tenían planeada una tarea que resultaría casi suicida: detener a Ovidio Guzmán López, alias El Ratón.

Ante la posibilidad de que uno de sus jefes fuera detenido y corriera una suerte similar a la de su padre, distintos brazos armados del Cártel de Sinaloa se activaron y se desplegaron en diversos puntos de la capital sinaloense.

Los radios se activaron y las armas se enfundaron mientras convoys de las Fuerzas Armadas transitaban por Culiacán. Fue entonces cuando el bastión de la organización delictiva se convirtió en un campo de batalla.

El aparato sicarial de Los Chapitos, entre los que destacaron Los Ninis, desataron una jornada de narcoterror en la capital de Sinaloa. Bloqueos, automóviles incendiados, enfrentamientos armados, secuestros, homicidios y amenazas orillaron a la población civil a refugiarse y a suspender por completo su cotidianidad.

La violencia con la que operaron y las deficiencias en la planeación del operativo por parte de las Fuerzas Armadas orillaron al entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, a tomar una de las decisiones más criticadas de su administración: la liberación de Ovidio Guzmán López. 

Por orden del mandatario tabasqueño, El Ratón fue liberado y la tranquilidad regresó a Sinaloa, o al menos eso se creía. Redimir aquel caos del llamado Culiacanazo se convirtió en una prioridad para la administración federal, por lo que las Fuerzas Armadas se prepararon para intentar nuevamente detener al hijo de El Chapo. Esta vez no habría margen de error.

El 5 de enero de 2023, antes de que el sol se asomara, elementos de las Fuerzas Armadas se desplegaron nuevamente en la sindicatura de Jesús María en Culiacán. Las primeras detonaciones de armas de fuego anunciaron una nuevo enfrentamiento con Los Ninis, sin embargo, el violento brazo armado se vio superado por las estrategias tácticas de las autoridades quienes lograron repeler sus agresiones y concretar su objetivo: Ovidio Guzmán había sido detenido.

A través de redes sociales circularon videos en los que se apreció a pistoleros del Cártel de Sinaloa ingresar al aeropuerto de Culiacán disparando a distintas aeronaves -incluyendo civiles- con la intención de frustrar la extracción del hijo del Chapo de Sinaloa, un esfuerzo que resultó insuficiente.

Ovidio Guzmán López fue trasladado hasta las inmediaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) en la capital mexicana y posteriormente ingresado al Penal del Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México.

Nueve meses más tarde, en septiembre de 2023, El Ratón fue extraditado a Estados Unidos marcando así un rumbo que algunos de sus más cercanos colaboradores no tardarían en seguir.

La caída de Los Ninis

Brutalidad para operar, una vida de excesos y amistades del mundo de la farándula no sólo sacaron del anonimato a Néstor Isidro Pérez Salas sino que, también, lo colocaron dentro del radar de autoridades mexicanas y estadounidenses.

Si bien tras la detención de Ovidio Guzmán López, El Nini continuó trabajando para el resto de los hermanos Guzmán, su suerte se agotó en noviembre de 2023 cuando agentes federales lograron detenerlo en la azotea de un inmueble de la colonia Colinas de la Rivera en Culiacán, Sinaloa.

Contrario a lo que ocurrió con la detención de El Ratón, la de Néstor Isidro Pérez Salas no generó grandes disturbios en la capital sinaloense, sin embargo, su proceso sí siguió los mismos pasos que los de su líder pues, tras pasar seis meses preso en Penal del Altiplano, El Nini fue extraditado a Estados Unidos.

"Néstor Isidro Pérez Salas, alias Nini, lideró el despiadado ejército de sicarios del Cártel de Sinaloa y utilizó el asesinato, el secuestro y las armas de fuego para proteger y facilitar las operaciones masivas de narcotráfico del Cártel", expuso el Departamento de Justicia en el comunicado sobre la llegada del jefe de seguridad de Los Chapitos a Estados Unidos.

Para entonces, El Nini ya contaba con acusaciones formales en su contra en el Distrito de Columbia y en el del Sur de Nueva York, no obstante y de acuerdo con reportes del periodista Angel Hernández para MILENIO, en cuanto llegó a custodia estadounidense su caso quedó sellado.

Aunque la caída de El Nini implicó un fuerte golpe para la facción de los hijos de El Chapo, la vacante que dejó en su anillo de seguridad no tardó en ser ocupada. Un relevo que incluso se encargó de dejar plasmado en un controversial narcocorrido de Peso Pluma.

"A la capital le quitaron un hombre y a un buen elemento, ni modo así es esto, recuerden y atentos, saben que se pueden abrir esas rejas de acero. 27 y Piyi, cuiden el terreno, la familia y a los viejos", se escucha en una parte del tema La People II estrenado en 2024.

Dicha estrofa presagió el ascenso en el organigrama criminal de Martín Zazueta Zazueta, alias El Piyi quien, pese a intentar mantener un bajo perfil, cobró relevancia en la facción tras el estallido de la pugna entre los hijos de Joaquín Guzmán Loera y el heredero de Ismael Zambada García.

El 9 de septiembre de 2024, los radios volvieron a activarse en Culiacán luego de que Ismael Zambada Sicairos -El Mayito Flaco- ordenara una refrienda en contra de los hijos de El Chapo Guzmán luego de que Joaquín Guzmán López traicionara y entregara a autoridades estadounidenses a El Mayo.

Entonces, El Piyi fue el encargado de coordinar las respuestas operativas del aparato sicarial de Los Chapitos, una responsabilidad que tan solo le duró diez días. El 19 de septiembre, Zazueta Zazueta fue detenido en Culiacán luego de que, de acuerdo con reportes del periodista Luis Chaparro, un equipo de inteligencia identificara su lugar en el organigrama criminal por la constante mención de su alias en narcocorridos.

A El Piyi también se le identificó como uno de los participantes del Culiacanazo y como el protagonista de una amplia trayectoria delictiva de alto impacto, factores que resultaron suficientes para recluirlo en el que es considerado como el penal de máxima seguridad en México: el del Altiplano.

Nuevamente, la detención del lugarteniente motivó el ascenso de otro personaje: Kevin Alonso Gil. Aunque reportes periodísticos dan cuenta de que desde años atrás formaba parte del anillo de seguridad de Los Chapitos, la detención de El Nini y el abatimiento de otros lugartenientes como El 27 o El Gavilán, consolidaron al también llamado 200 como el encargado de la seguridad de Iván Archivaldo Guzmán.

La suerte de Kevin Alonso Gil se agotó en febrero, cuando al igual que sus antecesores fue detenido en Culiacán tras ser señalado como un importante jefe de seguridad de Los Chapitos y encargado de coordinar la compra y venta de armas de la facción.

El 200 también fue uno de los miembros de Los Ninis que habitaron celdas en el Penal del Altiplano hasta que el pasado 12 de agosto él y El Piyi fueron incluidos en un paquete de 26 generadores de violencia que fue entregado a Estados Unidos en el marco de una colaboración bilateral en materia de seguridad.

"Según documentos judiciales, Gil Acosta y Zazueta Pérez son líderes del aparato de seguridad de Los Chapitos, una poderosa facción del Cártel de Sinaloa dedicada al tráfico prolífico de fentanilo. Ambos hombres han liderado sicarios armados con armas de tipo militar, como AK-47, M-16, AR-15 y lanzagranadas, en ataques contra funcionarios del gobierno y militares mexicanos. Gil Acosta lidera sicarios encargados de proteger laboratorios de fentanilo y rutas de distribución, mientras que Zazueta Pérez proporciona seguridad personal a un líder de Los Chapitos", detalló el Departamento de Justicia sobre ambos lugartenientes.

Por su participación dentro del anillo de seguridad de Los Chapitos, en contra de El 200 y de El Piyi fueron abiertas acusaciones en el Distrito Sur de Nueva York, el mismo en donde también fue acusado Néstor Isidro Pérez Salas.

Los días en los que Los Ninis patrullaban Culiacán fuertemente armados y ostentando impunidad y protección terminaron. Ahora los que sobreviven se encuentran bajo el radar las autoridades y de tropas enemigas mientras que tanto su principal líder como El Piyi y El 200 -que alcanzaron un alto perfil en su organigrama- se perfilan a enfrentar un proceso legal que, en el peor de los casos, podría dejarlos el resto de su vida en prisión.

 

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