Iván Archivaldo estuvo 3 años presos, hasta que un juez lo liberó, desatando su ascenso en el Cártel de Sinaloa
La captura del narcotraficante Ovidio Guzmán El Ratón, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, por parte de las Fuerzas Armadas Mexicanas a las afueras de Culiacán, en el estado de Sinaloa, fue reconocida por el gobierno de Estados Unidos como un paso significativo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir el tráfico de metanfetaminas y cocaína.
Sin embargo, especialistas en temas de crimen organizado no lo consideraron como un golpe letal hacía el Cártel de Sinaloa, pese a lo diezmado que está desde la caída y extradición del Chapo a EEUU. Las propias autoridades estadounidenses han colocado a Iván Archivaldo como uno de los hombres más buscados por la Agencia para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), además lo identifican como líder de Los Chapitos, una facción del también llamado Cártel del Pacífico.
En específico, El Chapito ocupa el tercer puesto de los hombres más buscados por la DEA y unos puestos más abajo, en la posición nueve, aparece su hermano Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias Alfredillo. Cabe recordar que el pasado viernes 14 de abril el Departamento de Justicia de EEUU lanzó acusaciones en contra de varios narcotraficantes. entre los que destacaron Los Chapitos.
Dicha facción sería la encargada del tráfico de fentanilo, un opioide que ha generado una crisis de salud en EEUU y estaría integrada por los hijos de El Chapo, teniendo a Iván Archivaldo como líder.
De los 18 hijos que se le conocen al capo, Ovidio no es ni de cerca el líder de la fracción de “Los Chapitos”. De acuerdo con el periodista Óscar Balderas, el “más poderoso” es su medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar, de 41 años de edad, primogénito de la primera esposa de su padre, Alejandrina Salazar.
Incluso, The New York Times informó que durante el fallido operativo del 17 de octubre de 2019, conocido como “El Culiacanazo”, cuando el Ejército Mexicano detuvo por primera vez al “Ratón”, fue Iván Archivaldo quien ordenó al cártel desatar una gran violencia en la capital del estado, lo que despertó temor entre la población y provocó que los militares liberaran, a petición de AMLO, a Ovidio. Una de las jornadas más vergonzosas y criticadas al gobierno de la autollamada “Cuarta Transformación” (4T).
Cabe mencionar que El Chapito fue detenido en febrero de 2005 por elementos de la Policía Municipal de Zapopan, Jalisco, cuando él y otros dos sujetos intentaron fugarse al ver una patrulla.
En ese entonces estaba en la mira de la agencia del Departamento de Justicia de los EEUU (DEA, por sus siglas en inglés) por tráfico de drogas y presuntamente lavar dinero del Cártel de Sinaloa, aunque no estaba acusado formalmente.
Fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, en el Estado de México, donde se le realizaron exámenes psicológicos para determinar su nivel de peligrosidad.
Uno de ellos, citado por el portal Sin Embargo, reveló que El Chapito es “inmaduro en su desarrollo e inseguro”. Además “percibe a la figura paterna protectora y poderosa, como concepto, pero distante y ausente en la relación psicoafectiva”. Y concluyó: “Debido a las características de personalidad resulta vulnerable por su proclividad a afiliarse a grupos para y antisociales”.
No obstante, el penal de máxima seguridad solo fue su hogar por tres años. En 2008, Guzmán Salazar fue liberado luego de que el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano lo exoneró de dichos delitos, por “falta de pruebas”.
Después de poco más de 14 años, este juez se encuentra suspendido y acusado de enriquecimiento ilícito. Desde entonces, Iván Archivaldo, junto con su hermano Jesús Alfredo, comenzaron a tener mayor importancia dentro de la organización criminal.
En 2013, el gobierno de EEUU formalizó una acusación en su contra por importar metanfetamina, cocaína y marihuana, así como por la conspiración para lavar dinero”. Hoy en día, la DEA ofrece una recompensa de USD 5 millones por información que lleve a su captura.
Además, El Chapito aparece junto al de Ismael Zambada García El Mayo, y el de dos hijos de éste: Ismael Zambada Imperial Mayito Gordo, e Ismael Zambada Sicarios Mayito Flaco, como objetivos de prioridad de EEUU.
Para Óscar Balderas, aunque El Chapito y Jesús Alfredo pretenden conservar el mando del Cártel de Sinaloa, la familia enfrenta una rebelión en su territorio.