El viernes 4 de mayo de 2012, se vivió una de las más sangrientas jornadas en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, Tamaulipas, cuando 23 personas fueron ejecutadas.
Nueve de los cadáveres, cinco hombres y cuatro mujeres, fueron colgados con los ojos vendados de un puente ubicado en el bulevar Luis Donaldo Colosio.
Según información dada por las autoridades miembros de la organización criminal de Los Zetas dejaron una manta en la que identifican a sus víctimas como integrantes del Cártel del Golfo y las acusaban de una explosión registrada el 24 de abril frente a la Secretaría de Seguridad Pública municipal.
“Por calentar la plaza y atraer la atención de las fuerzas de seguridad con atentados. Así me los voy a ir acabando a todos los pendejos que mandes”.
Horas más tarde, agentes recibieron el reporte de catorce cuerpos decapitados en una camioneta estacionada frente a la sede de la Asociación de Agentes Aduanales, mientras que sus cabezas se encontraron en hieleras cerca del Ayuntamiento.
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Ante la situación, se solicitó el apoyo de las fuerzas estatales y del Ejército por la sospecha de que se hallarían más cuerpos, además, el Grupo de Coordinación Regional Operativa de Nuevo Laredo reforzó la vigilancia de la zona.
De acuerdo con El Universal, en 1999, Osiel Cárdenas Guillén reclutó a 40 ex soldados de los grupos Aeromóvil (GAFE) y Anfibio (Ganfe) de las Fuerzas Especiales, así como de la Brigada de Fusileros Paracaidistas (BFP), algunos con entrenamiento en Estados Unidos e Israel.
La organización se empezó a caracterizar por la extrema violencia con la que torturaba y ejecutaba a sus enemigos.
Tras el arresto de Cárdenas Guillén, Los Zetas, con poder y presencia en las principales plazas, se separaron del Cártel del Golfo en 2010, iniciando una guerra en Tamaulipas.
En 2014, el gobierno de Barack Obama los calificó como una amenaza global, comparándolos con La Camorra de Italia, los Yakuza en Japón o el Círculo de los Hermanos en Rusia.
Un informe de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de 2017 aseguraba que el grupo se dividió en dos células: el Cártel del Noreste, que representa una forma renombrada de los principales miembros; y Los Zetas Vieja Escuela, un grupo disidente.