SI los QUERIAN MATAR, CRIMINALES DESATAN INFIERNO de PLOMO y EJECUTAN DOS en CARRETERA de MONTEMORELOS
En plena luz del día, la carretera nacional que conduce a Montemorelos en N.L, se convirtió en un escenario de choque entre relatos. Mientras el gobernador y las autoridades de todos niveles repiten que la violencia va a la baja, la escena que queda fotografiada —un vehículo volcado, un remolque desprendido y dos hombres fallecidos— habla por cuenta propia. Parece que el silencio de “ya bajaron” queda corto ante el estruendo de las ráfagas de metralleta que interrumpieron la rutina en la carretera y de paso el discurso de la pacificación.
Que dice EL NORTE:
«Dos hombres fueron acribillados a balazos cuando iban en una camioneta, la cual terminó volcada en la Carretera Nacional, en Montemorelos.
Desde otro vehículo, delincuentes les dispararon en múltiples ocasiones.
Alrededor de las 12:30 horas se reportó el ataque a tiros a la altura de la Cuesta de Garrapatas.
Las víctimas iban en una camioneta Hilux, de norte a sur, y en un remolque llevaban una pick up Chevrolet de modelo antiguo.
Lo que muestran las imágenes es claro: una camioneta Hilux caída sobre su costado, con el parabrisas fracturado por infinidad de impactos de bala; un remolque que quedó separado, testigo mudo de un ataque sembrado de preguntas. En la escena, varios vehículos detenidos y la presencia de personal de seguridad. Al fondo, el tráfico se detiene, no por cortes administrativos, sino por la realidad brutal que impone el momento.
El doble homicidio, descrito como un hecho aislado por algunos, se presenta aquí como una noticia que interroga al observador: ¿cuántos vacíos hay entre cifras oficiales y lo que ocurre en las carreteras? ¿Qué significa “la baja” cuando las escenas de violencia se repiten en lugares transitados y a plena luz del día? Las imágenes no necesitan adornos: hablan de un grado de violencia que desafía el discurso oficial y exige una respuesta sobre prevención, investigación y transparencia, no triunfos al vuelo.