CUBRANSE,CUBRANSE, ASÍ FUE EL ATAQUE con DRONES a UNIDAD ANTISECUESTROS de TIJUANA
El ataque con drones a la Unidad Antisecuestros en Playas de Tijuana,la noche de ayer aproximadamente. a las 20:00 hrs, no es solo una nota roja más; es el recordatorio del ciclo absurdo que se repite ahora en manos del estratega Harfuch,el guion de la “profecía” de Calderón donde parece que todos seguimos actuando como si fuera inevitable: más guerra, más muertos, más dinero tirado y menos paz conseguida a puros plomazos y escasa inteligencia.
Mientras los drones bombardearon la sede de una institución clave, la alerta vino, no del gobierno mexicano, sino del Consulado de Estados Unidos. Paradójico y vergonzante: el país vecino advirtiendo a sus ciudadanos mientras nuestras autoridades estaban en silencio, mostrando una desconexión total con la realidad que se incendia bajo sus narices.
La Fiscalía tardó horas en emitir cualquier balance. La inercia institucional nos dice todo lo que necesitamos saber: las estructuras de seguridad siguen siendo reactivas, no preventivas. Seguimos creyendo que los operativos mediáticos equivalen a pacificación, cuando lo único que generan es la ilusión del control en medio del caos y del embellecimiento de la figura mediática del estratega fracasado.
Este episodio sitúa el momento actual en el mismo terreno de hace veinte años: Calderón en 2006 prometía un país pacificado a través de la fuerza, y lo que obtuvo fue una guerra prolongada, sin fin ni resultados. Harfuch, ahora desde su postura federal, se planta frente a los mismos fantasmas y los abraza: “será larga, costará vidas, dinero, y no veré los resultados”. Es el déjà vu de los errores que nunca se ha querido corregir.
El uso de drones en ataques directos contra instalaciones de gobierno que se repiten en Michoacan, dejan mas que claro que el crimen organizado no solo se reconfiguró —se profesionalizó.
Mientras tanto, el discurso oficial sigue disfrazando la violencia con expresiones de “coordinación+inteligencia o al revés inteligencia+coordinacion». Tanta coordinación que entre los mismos se andan matando.
Si este es el rumbo, no estamos avanzando en la pacificación: estamos cavando trincheras en la misma guerra que nos prometieron como solución hace dos sexenios.