Ejército frena a balazos intento de rescate de “El Juliancito” de El Chapo Isidro en Guamúchil: el narco manda hasta en la calle
En la tranquila colonia Magisterio, la calma se rompió bruscamente la tarde del domingo cuando un operativo conjunto del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Fiscalía General de la República detuvo a Julián “N”, mejor conocido como “El Juliancito”, uno de los operadores más importantes de Fausto Isidro Meza Flores, alias El Chapo Isidro.
La detención no fue sencilla. Vecinos y simpatizantes del grupo criminal intentaron liberar al detenido, lo que obligó a los militares a responder con disparos al aire y gas lacrimógeno para dispersar a la multitud. Afortunadamente, no hubo heridos, pero la tensión marcó la jornada.
Un operativo relámpago con fuego cruzado
Según fuentes federales que accedió La Pared, el operativo comenzó cerca de las 15:00 horas tras recibir información precisa sobre la ubicación de El Juliancito en una vivienda de la colonia Magisterio. Al llegar, los militares rodearon el inmueble y tras un breve enfrentamiento lograron la captura.
La persecución se extendió por varias calles mientras vecinos se aglomeraban, en un ambiente de miedo y confusión.
El perfil de “El Juliancito”
Julián “N” surgió en La Numerada, una célula armada vinculada originalmente a los Chapitos, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Reconocido por su papel estratégico en la distribución de drogas y control territorial, El Juliancito cambió de bando en medio de la violenta guerra por el control del Évora y ahora operaba bajo las órdenes de El Chapo Isidro, líder de una facción rival.
Actualmente, coordinaba las operaciones criminales en Guamúchil bajo las órdenes de su hermano, “El Huesos”, quien mantenía vínculos con “El 22”, un histórico jefe de plaza del Cártel de Sinaloa hasta su muerte en 2023.
Un golpe que sacude la estructura criminal
Durante el aseguramiento se incautaron armas largas, cartuchos, droga y vehículos con reporte de robo, evidencia del poder y alcance del grupo criminal.
La captura de El Juliancito representa un duro golpe para la estructura de El Chapo Isidro en Sinaloa, debilitando sus operaciones en una región donde la disputa entre cárteles ha cobrado cientos de vidas.
Sinaloa vive desde hace casi 11 meses una guerra sin cuartel que ha dejado a su paso muerte, desplazamiento y desolación.
La captura de El Juliancito es solo un episodio más en un conflicto que parece no tener fin, donde cada golpe a las estructuras criminales desencadena nuevas oleadas de violencia y miedo.
En medio de este escenario sombrío, la sociedad sigue pagando el precio más alto, mientras el Estado enfrenta uno de sus mayores retos: recuperar la paz en una tierra partida por la sangre y la traición.