Era un viejo de armas tomar , Don Juan fue fundador de El Cártel del Golfo y también asesino a un hijo de Pancho Villa
La historia del narcotráfico en México es compleja y dinámica. Diversos personajes han abonado a la reconfiguración del hampa del país a lo largo de casi un siglo y uno de ellos fue Juan Nepomuceno Guerra, mejor conocido como Don Juan o El Padrino de Matamoros.
Ni su nombre ni su alias alcanzaron la fama de otros narcotraficantes como Joaquín El Chapo Guzmán o Rafael Caro Quintero, sin embargo, su amplia trayectoria delictiva sí lo hizo acreedor de un lugar en el listado de los capos más poderosos y despiadados que han operado en México.
No fue, para menos, el poderío que Juan Nepomuceno Guerra acumuló lo llevó a fundar el Cártel del Golfo que, aunque ya no existe como organización unificada, sigue siendo considerado el cártel de las drogas más longevo en México.
Nexos con la política local, con gángsters estadounidenses y una visión empresarial resultaron suficientes para que en 1930 el Padrino de Matamoros comenzara a sentar las bases de un lucrativo negocio que, sin imaginarlo, sumergió durante décadas a todo el este del país en un espiral de violencia.
La ubicación fronteriza de Tamaulipas, sumada al auge de plantíos de amapola y marihuana con la demanda estadounidense resultaron suficientes para que en 1920 un hombre llamado Virgilio Barrera comenzara a cruzar la frontera con cargamentos.
Diversas investigaciones periodísticas dan cuenta de que, poco a poco, Virgilio fue acumulando cada vez más integrantes en su grupo de contrabandistas a los que llamó “Los Pasadores”, incluyendo a un joven tamaulipeco de nombre Juan Nepomuceno Guerra.
En cuestión de tiempo, sus habilidades y fuerte carácter hicieron que quedara al frente de la naciente ruta de trasiego de drogas, un espacio que no tardó en aprovechar luego de que Estados Unidos anunciara una prohibición de la comercialización y consumo de bebidas alcohólicas.
En asociación con gángsters estadounidenses, entre los que destacó el de origen italiano Alphonse Gabriel Capone -mejor conocido como AlCapone-, el Padrino de Matamoros comenzó a contrabandear por la frontera botellas de whiskey y otros licores demandados por estadounidenses.
Aunque su método se perfeccionó con dicho negocio, tras el retiro de la prohibición, su lucrativo negocio se diversificó al contrabando de marihuana, amapola y, desde entonces, migrantes.
Las acaudaladas ganancias que el tráfico de drogas le dejaba le permitieron a Juan Nepomuceno Guerra ostentarse como un empresario entre la élite y la esfera política tanto de Matamoros como de Tamaulipas.
La influencia y el poderío que poco a poco acumulaba llevaron a algunos de sus familiares -como su hijo y su hermano- a asumir cargos públicos dentro del gobierno de la entidad, además de que lo acercó con personajes de gran relevancia como, por ejemplo, uno de los hijos del revolucionario Pancho Villa.
Con dicho anillo de protección político y con las acaudaladas ganancias que el narcotráfico le dejaban fue cuestión de tiempo para que Juan Nepomuceno Guerra dejara al descubierto su rígida personalidad, un factor que vislumbró aún más en diversos episodios violentos.
Las conexiones políticas y el reconocimiento que alcanzó entre la sociedad tamaulipeca hacían de Don Juan un personaje impune. Mientras traficaba diversos tipos de narcóticos su vida personal se desenvolvía entre reuniones de altos estratos y polémicas.
Aunque su nombre ya era reconocido, no fue sino hasta abril de 1960 cuando Juan Nepomuceno Guerra terminó de afianzar su trayectoria delictiva.
De acuerdo con el testimonio que un miembro del Cártel del Golfo identificado como Óscar López Olivares, alias El Profe, dio al periodista Diego Enrique Osorno, Don Juan estuvo detrás del asesinato del hijo de Pancho Villa luego de que éste se levantara la voz durante una cena.
De forma extraoficial trascendió una versión que señalaba que el teniente coronel del Ejército Mexicano, Octavio Villa Coss, había sido ultimado a balazos luego de que se negara a aceptar los sobornos de un grupo de contrabandistas a los que les aseguró un cargamento en la frontera tamaulipeca.
Si bien ambas versiones difieren en detalles, lo cierto es que en las dos se involucra al tráfico de drogas que se comenzaba a gestar en Tamaulipas durante las primeras décadas del siglo XX.
Por dicho crimen, según lo expuesto en el libro La Guerra de Los Zetas (2012), Don Juan fue detenido y procesado, sin embargo, nuevamente sus influencias políticas le permitieron recuperar su libertad.
Juan Nepomuceno Guerra continuó operando su lucrativo negocio hasta heredárselo a Juan García Ábrego, su sobrino. El Cártel del Golfo continuó acumulando el poderío suficiente para convertirse en una de las organizaciones delictivas más poderosas del país al tiempo que el noreste de México padecía los estragos de su violenta expansión.