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Los Chapitos y El Mayo Zambada se encuentran en medio de una guerra, pero se unieron para prohibir la producción y trafico de Fentanilo

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Los Chapitos y El Mayo Zambada se encuentran en medio de una guerra, pero se unieron para  prohibir la producción y trafico de Fentanilo

A un año de la detención de Ovidio Guzmán El Ratón, las facciones criminales del Cártel de Sinaloa, hicieron una serie de modificaciones en su forma de operar, pues no sólo se siguieron armando hasta los dientes, sino que "prohibieron" la producción y tráfico de fentanilo en los territorios donde operan.

De acuerdo a personas consultadas y quienes trabajan para las facciones de Los Chapitos, Ismael el Mayo Zambada, y grupos que operan en la zona de Badiraguato, la medida habría surgido a partir de la detención de Ovidio el 5 de enero de 2023, en Jesús María, pero habría ganado relevancia en abril, una vez que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), anunció que iría con todo contra los hijos de Joaquín Guzmán Loera el Chapo.

“Lo que se dice es que Los Menores solicitaron un encuentro con otros líderes para acordar prohibir a la plebada que ya no produjeran chiva sintética (fentanilo), ya que el negocio principal de ellos era la cocaína, y porque el fentanilo que se producía en sus territorios ‘les estaba causando muchos problemas’, dijo una persona que tiene nexos con la facción de Los Chapitos y el Mayo, y quien solicitó no se revelara su identidad.

Esa información fue confirmada por otro grupo que opera en la zona de Badiraguato, ajeno a las facciones de Los Chapitos y el Mayo, y quien detalló que su patrón también prohibió que en su territorio se produjera fentanilo, porque “la DEA andaba bien dura”.

“Se prohibió igual que en Culiacán, y a quien agarren cocinando chiva sintética, pues ya se imagina lo que le van a hacer”, dijo el jefe de sicarios, quien también solicitó el anonimato.

Simultáneamente a la prohibición, las facciones también prohibieron la llegada de precursores que venían desde China, y empezaron a armarse como nunca, pues a pesar de que estaban preparados para enfrentar al ejército y a la Marina para cuando éstos llegaran, nadie esperaba un ataque aéreo como ocurrió durante el arresto, y los más de mil sicarios que desde hacía tres años esperaban el llamado para rescatar a Ovidio fueron silenciados por los tres helicópteros Black Hawks que utilizó el ejército, y una avioneta, mientras que la infantería, básicamente, fue una pantalla para distraer la extracción que se hizo por aire.

Hasta la fecha, según confirman fuentes oficiales, se desconoce el número exacto de sicarios que perdieron la vida o fueron desaparecidos al tratar de rescatar a Ovidio, pues la versión oficial de Sedena siguen siendo de 19 delincuentes y 10 elementos castrenses muertos, aunque los lugareños de Jesús María siguen afirmando que fueron más que esos.

La prohibición de producir y traficar fentanilo trajo un descontento general entre los cocineros y traficantes de esa droga, y quienes trataron de burlar la orden fueron muertos o desaparecidos.

Un cocinero de fentanilo, quien pidió ser identificado con al nombre falso de “Martín”, dijo que el arresto de Ovidio “atrasó a todo mundo”, según sus propias palabras, pues la prohibición hizo que mucha gente se quedara “sin trabajo”.

“La verdad oiga es que estuvo mal que ya no nos dejaran trabajar, porque uno de eso vive. ¿ellos qué? Ellos siempre han tenido dinero, y tienen mucho poder, y pueden detenerse en sus negocios ahorita mismo, y vivir bien el resto de sus vidas, pero nosotros no”, dijo el cocinero, refiriéndose a Los Chapitos.

Según su testimonio, tenía desde 2019 cocinando fentanilo.

“Por aquel tiempo ocurrió el primer Culiacanazo, y como rescataron a Ovidio, nos mandó decir que no cocináramos (fentanilo) porque el gobierno iba a venirse con todo.

Y todo mundo paró. Pero como al mes nos juntamos, y le mandamos decir a (Ovidio), que nos diera chance; que le pegábamos una cuota, pero que nos dejara trabajar”, recordó el cocinero.

De acuerdo a Martín, la respuesta de Ovidio fue que cocinarán bajo responsabilidad propia, pero que escondieran bien las cocinas, y que no había necesidad que le pagarán ninguna cuota. Martín, como muchos otros cocineros, continuaron cocinando y ganando dinero, hasta que el ejército regresó con el segundo Culiacanazo, y esta vez sí se llevaron a Ovidio.

A diferencia del primer arresto de Ovidio, esta vez no hubo ninguna advertencia para que dejaran de cocinar fentanilo, sino que fue una orden directa de Los Chapitos.

Pocas semanas después, tres presuntos cocineros de fentanilo aparecieron muertos, literalmente sepultados en al menos 150 mil píldoras M30, cuyo ingrediente principal es fentanilo. Se dijo entonces que habían desobedecido la orden de Los Chapitos y ahí estaban las consecuencias.

La orden coincidió con una embestida por parte de SEDENA, que según documentos publicados por la agencia Reuters, el 89 por ciento de los laboratorios de fentanilo localizados y destruidos por el ejército estaban localizados en Sinaloa, mientras que el 4 por ciento en Durango y 3 por ciento en Michoacán.

“Es claro que existe una orden directa de ir tras Los Chapitos, y es claro que en gran medida se debe a la humillación que sufrió México cuando rescataron a Ovidio en 2019, y una forma de mostrar que están trabajando es enfocarse en su territorio”, dijo Guillermo Valdés Castellanos, ex director del Cisen en México.

Según Martín, el cocinero, muchos de los laboratorios que eran localizados y destruidos por el ejército eran “dedazos”, que las mismas facciones afiliadas al cártel de Sinaloa informaban para que destruyeran los laboratorios que no fueron clausurados por sus propios dueños.

 

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