Por perder un importante cargamento de drogas El Cártel de Sinaloa mató a poderoso capo en Perú desde México fue enviada la orden
Pasó toda su vida en el mundo de la droga, pero llegar a las altas esferas no es algo sencillo, pues fallar puede costarte la vida, y fue lo que le pasó a Roger Javier Poémape Chávez, un narco peruano de 51 años que se topó con una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo: el Cártel de Sinaloa. Y es que en sus tratos con el grupo delictivo cometió un error, el cual lo llevó a la muerte.
Fue el pasado 24 de enero cuando “El Javi” se encontraba con su esposa Alexia Sánchez en la notaría Verlarde Sussoni, ubicada en el distrito de San Isidro, en Perú, cuando un sicario abrió fuego contra el hombre, disparándole en al menos 14 ocasiones, lo que le provocó la muerte, además de herir a la mujer del delincuente y a una persona más. Tras su cometido el asesino huyó y su identidad sigue siendo una incógnita.
Según un informe del semanario Hildebrandt, que recopila información e hipótesis de la Policía, el crimen habría sido ordenado desde México por el Cártel de Sinaloa. ¿Cuál fue su error? Perder un cargamento de dos toneladas de cocaína.
De acuerdo con información de los agentes de la Policía Nacional, la última vez que “El Javi” estuvo en Perú fue para coordinar un envío de dos toneladas de cocaína a Europa. Sin embargo, la ilegal mercancía fue decomisada por la Policía el pasado 6 de enero en el puerto del Callao. Dicho cargamento estaba valuado en 140 millones de dólares.
“Si alguien pierde mucha mercancía, es táctica del cártel de Sinaloa mandar a matar para dar el mensaje: si cometes errores, lo pagas con tu vida”, dijo para Hildebrandt Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA.
¿Quién era “El Javi”?
Como muchos otros narcos, Roger Javier Poémape Chávez, tuvo una infancia pobre, vivió con su madre y su hermano en el Callao, el mismo lugar en el que perdió la droga. Su padre vivía en Chile. Para llevar dinero a su hogar comenzó a trabajar como estibador en el puerto.
Allí comenzó a tener contacto con las bandas dedicadas al tráfico de cocaína y se hizo conocido por ocultar la droga en contenedores y embarcaciones.
En 1996 fue investigado por primera vez junto a un grupo de narcos colombianos, quienes lo acusaron de coordinar un envío de 240 kilos de cocaína a Europa. Su primera sentencia llegó en 1999, tras ser detenido por una intervención de un embarque con dicha droga, Salió libre y absuelto en 2002.
Al recuperar la libertad se trasladó a Panamá y siguió coordinando envíos de droga. Se le investigó también por muertes cruentas, que incluían amputaciones pre mórtem.
Javi encabezaba la organización delictiva desde Panamá y tenía como lugartenientes a Gerson Gálvez Calle, alias “Caracol”, Gerald Orepeza, alias “Tony Montana” y Cristhian Valle Ibáñez, alias “Drácula”. Para poder operar con libertad, el narcotraficante peruano tenía una red criminal en la policía, poder judicial y ministerio público. Así llegó otras veces a la cárcel y salió. Siguió su carrera criminal hasta que se topó con el Cártel de Sinaloa, que la truncó de tajo.