Decenas de cárteles han existido en México, algunos desaparecen después de dejar a su paso atrocidades y desolación, otros perduran y asolan los lugares en los que operan. Pero unos dejan una huella que amenaza con revivir y recuperar el legado, tal es el caso del Cártel de Tijuana, que la nueva generación de los Arellano Félix busca revivir mediante “Los Benjamines”.
Lo cierto es que aquellos narcos famosos, cuyos nombres pasaron a la historia de la violencia en México, están quedando atrás, muchos de ellos cayeron ante la ley y están presos, otros murieron, pero sus hijos buscan preservar el legado de sus padres y por supuesto, escribir el suyo.
Ellos llegaron a la cumbre del hampa justo por ser hijos de aquellos que sembrando terror ganaron una fama, algunos sin mérito alguno se han posicionado como dirigentes de los grupos delincuenciales. Se les conoce como “neponarcos” -término acuñado por el semanario Zeta Tijuana- , pues su lugar en los cárteles está dado por mero nepotismo.
Uno de esos grupos es el de los hijos de Benjamín y Francisco Javier Arellano Félix, quienes se hacen llamar “Los Benjamines”. Son tres los vástagos que han ganado renombre en el mundo del crimen: Fabián Arellano Corona, Benjamín Francisco Arrellano Serrano y Javier Benjamín Briseño Arellano
Según Zeta Tijuana, desde 2018 la entonces Procuraduría General de la República (PGR) compartió información con autoridades de Estados Unidos de la identificación de los hijos de los hermanos Arellano Félix. De ellos se sabe que nacieron en territorio estadounidense, por lo que al ser ciudadanos residen en el país de manera legal.
Bajo perfil
A diferencia de otros hijos de narcos famosos, los descendientes de los Arellano Félix mantienen un bajo perfil, no se conocen sus rostros ni sus identidades, y se les ubica por apodos.
De uno se sabe que se hace llamar “El Piloto” y se barajan tres posibilidades sobre la persona detrás: Benjamín Francisco y Fabián, ambos hijos de Benjamín; así como Javier Benjamín, hijo de Francisco Javier. Esto, según un organigrama de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR.
El Cártel de Tijuana
Esta organización criminal nació tras la captura de Miguel Ángel Gallardo, pues con ello se fragmentó el Cártel de Guadalajara. Fue a mediados de los 80 cuando hizo su aparición y escogió la ciudad fronteriza por ser un importante punto entre México y Estados Unidos.
Su extrema violencia fue su sello, pues se le atribuye la invención del “pozoleo”, es decir, desaparecer los cuerpos de las víctimas disolviéndolos en ácido.
Aunque el trasiego de drogas era su principal actividad, destacaron por lavar dinero mediante bienes raíces. Su rivalidad con varios cárteles también lo hizo notorio, principalmente con el Cártel de Sinaloa, con el que protagonizaron cruentas batallas y venganzas.