Estados Unidos tiene la fama de tratar con extrema dureza a los líderes del narco y no ha hecho una excepción con Francisco Javier Arellano Félix, quien era jefe del cartel de Tijuana, que hace unos años fue considerada una de las organizaciones criminales más importantes y violentas del mundo.
Desde su condena a cadena perpetua en una corte federal de San Diego, en el sur de California, en noviembre de 2007, 'El Trigrillo', como se le apoda, ha permanecido hasta 23 horas al día en una celda solitaria. Las autoridades lo trasladan a menudo entre prisiones de máxima seguridad. No se sabe en cuál está, porque la Oficina Federal de Prisiones borró su registro. Así lo protegen. Tampoco le permiten hablar con otros reos. Su familia lo ve poco.
Entre marzo de 2002 y agosto de 2006 (cuando fue arrestado por agentes de la DEA navegando un yate en aguas internacionales) 'El Tigrillo' lideró el cartel de Tijuana, coordinando el tráfico de droga a California, así como asesinatos, torturas, secuestros, extorsiones, ataques, contrabando de armas y actos de corrupción en ambos lados de la frontera. Según su declaración de culpabilidad, él mismo jaló el gatillo para ejecutar a enemigos y traidores. Se desconoce con precisión a cuántos mató.
Pero a mediados de 2015, cansado del confinamiento en los penales, el capo pidió clemencia a un juez federal. Mostró su amplia cooperación con agentes de la Administración para el Control de las Drogas (DEA) buscando que nuevamente le redujeran la sentencia.
Haberse convertido en un informante del gobierno estadounidense le había ayudado en 2014 a bajar su condena a 23 años y medio, un logro considerando que en un principio los fiscales pedían que lo sentenciaran a la pena de muerte.
Quien alguna vez odió a la DEA, ahora responde de inmediato cuando sus agentes piden verlo, sabiendo que cada hora de interrogatorio significa acelerar el reloj de su larga sentencia.
De acuerdo a documentos judiciales revisados por Univision Noticias, el narco se ha reunido decenas de veces con funcionarios de esa dependencia para ofrecerles detalles sobre el funcionamiento y la estructura de los remanentes del cartel de Tijuana, considerado ahora una pequeña organización criminal aliada del Cartel Jalisco Nueva Generación, y de quienes fueron sus cómplices.
Una vez habló incluso durante varios días de manera consecutiva, brindando información "veraz y fidedigna".
Su abogado relató en una carta enviada a un magistrado que en una ocasión "escuchó que un agente en un interrogatorio le dijo a Arellano que la información que estaba proporcionando era como 'un sueño hecho realidad' y que este sería debidamente recompensado".
Francisco Javier es el más joven de los cuatro hermanos Arellano Félix, originarios de Sinaloa y quienes controlaron con extrema violencia el cartel de Tijuana desde finales de la década de 1980. Enviaron cientos de toneladas de cocaína y marihuana desde México y Colombia, hacia California, según el Departamento de Justicia (DOJ). Su dominio se extendió por el noroeste mexicano, hasta que el cartel de Sinaloa, así como las muertes y arrestos de sus líderes minaron su poderío.
'El Tigrillo' asumió el control del grupo criminal en marzo de 2002 tras la inhabilitación de sus hermanos mayores, Benjamín (arrestado en México en marzo de 2002, extraditado a San Diego en 2011 y quien ahora cumple una sentencia de 25 años de cárcel) y Ramón (asesinado en un tiroteo en el estado de Sinaloa en febrero de 2002). Francisco Javier fue arrestado y en 2007 lo enviaron a enfrentar a la justicia en California. Se cree que la organización ahora quedó bajo el mando de la hermana Enedina Arellano Félix.
Pero cooperar con la DEA le ha costado caro a 'El Tigrillo', lamenta su defensor. A este lo trasladan entre cárceles federales de EEUU para protegerlo y preservar la confidencialidad de sus informes.
"Como consecuencia, ha tenido menos libertad que otros reclusos dentro del sistema penitenciario, menos oportunidades de participar en programas patrocinados por la prisión y menos visitas con su familia", se lee en la misiva archivada en la Judicatura federal de EEUU.
Su defensa solicitó hace tres años que su condena fuese rebajada ahora a 235 meses (19 años y siete meses) de prisión, algo que no concedió el juez federal Larry Alan Burns, argumentando que las ofensas de 'El Tigrillo' fueron "abominables", evidenciando "una falta de conciencia, extrema crueldad humana y un corazón maligno".
"Sus víctimas incluyeron informantes (irónicamente, como él), posibles testigos y agentes del orden público", indicó el magistrado en junio de 2015. "Mantener al señor Arellano tras las rejas por el resto de su vida ayudaría a garantizar que el cartel de Tijuana no resucite bajo su liderazgo y que nunca más esté en posición de utilizar su experiencia para dirigir una empresa criminal responsable de tanta miseria y sufrimiento humano", enfatizó.
Al sentenciar al capo en 2007, el juez Burns le advirtió: "El nombre de su familia vivirá en la infamia".
Una familia de informantes
El hermano mayor de los Arellano Félix, Eduardo, alias 'El Doctor' y de 61 años, fue el último en ser extraditado a California (en 2012) y, por ende, en ser condenado. Él fue señalado como el cerebro financiero del cartel de Tijuana. Su arresto se logró en octubre de 2008, tras una balacera entre sicarios y un equipo de tácticas especiales del Ejército mexicano.
En junio de 2013, un tribunal de San Diego le dictó una sentencia de 15 años en prisión por el blanqueo de decenas de millones de dólares procedentes del narcotráfico y por conspirar para usar e invertir ganancias de drogas ilícitas.
'El Doctor', a quien le decomisaron 50 millones de dólares, se encuentra recluido en la cárcel Allenwood Medium, una penitenciaría de mediana seguridad en el estado de Pennsylvania; antes estuvo en la prisión federal Ray Brook en Nueva York y su salida se ha programado para el 29 de noviembre de 2021. Una vez liberado, permanecerá bajo libertad condicional durante nueve años.
Tanto Eduardo, como Benjamín, quien se encuentra en la cárcel federal Canaan, en Pennsylvania, han colaborado con las autoridades. A los tres hermanos el gobierno de EEUU les ha decomisado 250 millones de dólares, como parte de sus acuerdos de culpabilidad.
Bajo custodia, 'El Tigrillo' incluso aceptó testificar en contra de su hermano Benjamín, quien le antecedió en el mando del cartel.
En 2012, las autoridades coordinaron una reunión extraordinaria entre ambos capos en una base militar de San Diego, Miramar Marine Corps Air Station, según reportes. El encuentro se dio bajo un fuerte operativo de seguridad. Una semana después de esa charla, Benjamín se declaró culpable de extorsión y lavado de dinero. Su liberación se ha programado para el 19 de agosto de 2033.
Otro miembro de esta familia, Rafael Arellano Félix, tuvo un final trágico. Después de cumplir varias condenas en EEUU y México entre 1980 y 2008, un sicario disfrazado de payaso se le aproximó para matarlo a tiros durante una fiesta infantil que se realizaba en Los Cabos, en México.