Las cabezas aparecieron en la Venustiano Carranza, los torsos en Ecatepec, y los brazos y cara en Neza, Las autoridades lograron identificar a quién pertenecían los brazos hallados en una bolsa de plástico negro, la clave fueron los tatuajes con motivos prehispánicos.
Las cabezas aparecieron en la Venustiano Carranza, los torsos en Ecatepec, y los brazos y cara en Neza
Que tenía uno de ellos junto con el nombre de Alexandro. Las autoridades consideran que el motivo del crimen es un ajuste de cuentas entre bandas del narcotráfico en la Ciudad de México, Los brazos que aparecieron el pasado domingo frente a una agencia del ministerio público en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, corresponden a dos jóvenes que eran sobrinos de un ex comandante de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México.
Los muchachos, de 17 y 19 años, habían sido secuestrados en octubre pasado y sus cuerpos desmembrados. Sus cabezas aparecieron el primero de noviembre en calles de la colonia Morelos, delegación Venustiano Carranza, de la Ciudad de México. Sus torsos fueron hallados dos días después en un camellón de la avenida Las Aguilas, municipio de Ecatepec que colinda con la capital.
Las autoridades pudieron identificar los brazos hallados en una bolsa de plástico negro por los motivos prehispánicos que había tatuados en uno de ellos junto con el nombre de Alexandro. De esta manera corroboraron que correspondían a los cuerpos de los dos jóvenes identificados como Carlos Samuel y Jesús Alexandro.
Los jóvenes eran primos y a su vez sobrinos de un ex comandante de policía de nombre Octavio Ortiz Sánchez, conocido como El Greco, quien fue acusado de brindar protección al narcotraficante muerto Felipe de Jesús Pérez Luna, alias El Ojos, líder del llamado cartel de Tláhuac.
“El Ojos” murió durante un enfrentamiento con elementos de la Marina que llevaron a cabo un operativo en Tláhuac para detenerlo. A partir de las investigaciones de autoridades locales y federales se identificó a mandos policíacos que presuntamente protegían al delincuente.
Carlos Samuel y Jesús Alexandro vivían en la colonia Lomas Estrellas de la delegación Gustavo A. Madero, y su madre reportó su secuestro luego de recibir una llamada mediante la cual le advirtieron que los matarían. “Les daremos en la madre”, le dijeron.
Un día después las cabezas de los jóvenes aparecieron en las calles de la colonia Morelos, en la zona del conocido barrio de Tepito, donde opera la banda de narcotráfico “La Unión”, una de las más importantes de la Ciudad de México.
Por estos antecedentes, las autoridades consideran que el motivo del crimen es un ajuste de cuentas entre bandas del narcotráfico en la Ciudad de México