Colombia.- Tomás Medina Caracas, mejor conocido como el Negro Acacio, fue un guerrillero y narcotraficante de Colombia muy conocido alrededor del mundo.
Había ingresado a la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en mayo de 1987, y con el paso de los años empezó a entrenar guerrilleros.
Extraño Truco Para Eliminar Las Bolsas Debajo De Los Ojos En Tan Sólo 90 Segundo
Este hombre sencillo logró tener compradores de droga de grandes países como Rusia y Asia, consiguió entablar acuerdos de miles de millones de dólares con vendedores mundiales de armas, en medio oriente y Europa.
El Negro Acacio tenía 23 órdenes de captura en su contra por asesinatos, secuestros, tortura, extorsión y narcotráfico, y además por ser el principal proveedor de cocaína para los cárteles de la droga colombianos y más recientemente de los cárteles mexicanos.
Gracias a su gran agilidad, mantuvo casi una década su imperio de droga en Barrancominas (Guainía). Por eso fue uno de los hombres de las FARC más buscados por todos los organismos de seguridad.
Pero su imperio terminó a causa de un oficial que estuvo por más de seis meses infiltrado en las Fuerzas Especiales del Ejército, quien mantenía al tanto a la DEA de cada paso que realizaba el Negro Acacio.
Las Fuerzas Especiales le seguían el rastro hasta el 2003, cuando el infiltrado indicó que el Negro Acacio iba a bordo de “una caravana de siete carros, que estaba encabezada por dos camionetas gemelas de estacas, blancas, iba el Negro Acacio hacia Puerto Príncipe (Vichada). El infiltrado ya había informado que nuestro objetivo viajaba en la segunda camioneta, con tres guerrilleros más –dice el militar– y de inmediato se coordinó con la Fuerza Aérea el ataque”.
Por alguna razón, Tomás bajó de la caravana y decidió cambiar de camioneta.
"Cuando atacamos el carro en el que supuestamente iba, él se alertó, recibió ayuda del resto de la caravana y logro huir”, agrega el uniformado. Este hecho fue una de las veces que tanto han atacado al grupo de guerrilleros de la FARC, quien logró escabullirse tras el ataque.
Para septiembre del año 2007, su vida llegó a su fin, cuando gracias a un infiltrado, su campamento fue ocupado por las Fuerzas Especiales y fue bombardeado junto con otros 16 guerrilleros que perdieron la vida.
La muerte del Negro Acacio se dio en momentos en que los gobiernos de Colombia, precedido por Álvaro Uribe, y el de Venezuela, precedido por Hugo Chávez, acordaban cooperar mutuamente para destrabar el proceso de "intercambio humanitario", y en el que el presidente Chávez intermediaría por el intercambio de 45 rehenes en poder de las FARC por más de 500 rebeldes encarcelados por el gobierno colombiano.
Con información de El Tiempo