Con la caída y extradición a Estados Unidos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, el capo de uno de los cárteles de la droga más poderoso del mundo, el de Sinaloa, se cerró en México una época: la de los capos iletrados, de malos gustos, folklóricos y populistas, para dar paso a una nueva generación, no menos sanguinaria, pero sí mas discreta y refinada.
Al menos esa es la impresión del escritor Roberto Saviano, autor de los libros Gomorra – por el que fue amenazado de muerte por la Camorra napolitana-, y Zero Zero Zero, en los que toca las entrañas de la mafia italiana y sigue la ruta del blanqueo de dinero a través de las principales capitales del mundo.
“Las grandes familias del narcotráfico mexicano han hecho que sus hijos estudien en universidades estadounidenses y europeas, se han convertido en economistas, expertos en marketing”, afirmó Saviano a Infobae.
Desde 2009, en México se dieron visos del surgimiento de una nueva clase de capos: los llamados “narcojuniors”, descendientes de los pioneros del negocio, la mayoría hombres de campo, con gustos refinados, educados en el extranjero y con ropa de marca.
El 19 de marzo de 2009, el gobierno mexicano anunció la captura de Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, hijo de “El Mayo” Zambada, uno de los tres fundadores del Cártel de Sinaloa, pero lo que causó mayor impacto en la opinión pública no fue la hazaña de las fuerzas federales sino el porte del detenido que fue presentado con un pantalón de casimir gris-azul, camisa con rayas verticales blanco-café y azul cielo, desabotonada para lucir pelo en pecho y un saco negro del que se especuló durante días porque se presumía que era de la marca Armani.
Días después cayó también Vicente Carrillo Leyva, hijo de Amado Carrillo “El Señor del los Cielos” del Cártel de Juárez. El detenido estudió en universidades privadas de Suiza y España. Su pinta nuevamente fue motivo de comentarios pues la autoridad lo presentó en un fino conjunto deportivo blanco.
Otro ejemplo es uno de los hijos de “El Chapo”, Alfredo Guzmán, quien según describe el actor Sean Penn en la revista Rolling Stone, es bien parecido, bien vestido y usa un reloj de pulsera que podría tener más valor que todo el dinero que guardan los bancos centrales de algunos países.
De la camisa de cuadros al cuello blanco
“No llevan más botas de vaquero o camisa a cuadros como sus padres, más bien llevan la camisa blanca, chaqueta, camisetas de moda, las gafas de intelectual. Ellos hablan inglés con fluidez. Son los gerentes, los cuellos blancos del tráfico de drogas. Ellos saben como blanquear el dinero en el sistema financiero, saben cómo gestionar ‘la empresa familiar'”, señaló el escritor.
El hecho de que sean más presentables no los hace menos peligrosos porque “con estas nuevas características, combinadas con los códigos de las organizaciones criminales (que no deben olvidar si no quieren perderse en la modernidad), ellos pueden convertirse en líderes poderosos”, afirmó Saviano en un cuestionario enviado vía correo electrónico.
Los hijos de “El Chapo”, Iván Archivaldo y Alfredo, encajan en este nuevo prototipo de jefe de la mafia y ahora que su padre fue extraditado sería natural que fueran ellos quienes asumieran las riendas del cártel, pero Saviano consideró que parecen no tener “la madurez” para tomar el liderazgo de la organización en la que participan desde hace un tiempo, a pesar de que ninguno de los dos llega a los 35 años.
Saviano señaló que como a todo los hijos de los jefes de la mafia, “los chapitos” crecieron entre lujos, protegidos y tienen todo a su alcance, pero para asumir el liderazgo de la organización, necesitan “el hambre que alimentó el éxito de sus padres, y eso los hace incapaces”. Aunque se visten mejor, hablan inglés y tienen más preparación, expresó el escritor, les falta la inteligencia y la habilidad diplomática de su padre.
¿Y después de “El Chapo”?
Cuando se le cuestiona a Saviano si después del colombiano Pablo Escobar, líder del Cártel de Medellín muerto en 1993, y Guzmán Loera existirán jefes narcos que alcancen tal notoriedad a nivel mundial, responde que antes de “El Chapo” había otros grandes jefes que marcaron no sólo la historia del crimen, también la de sus países, como el “Padrino” Félix Gallardo en México, Totò Riina en Italia, Al Capone en Estados Unidos, por lo que del mismo modo que surgió el fundador del Cártel de Sinaloa, “habrá otros nuevos grandes jefes. Pero no se debe sobreponer la notoriedad de un jefe a su poder. Si un jefe actúa en las sombras, su poder y su riqueza pueden crecer sin ser molestados. Cuanto más invisibles, más fuertes son”.
Mencionó el caso de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quien ha demostrado habilidades militares es “feroz y ambicioso”, se le considera un hombre “no-show”, a quien el bajo perfil le ha sido útil para ganar cuotas de mercado aprovechando que toda la atención se centró en “El Chapo”.
Algo que tienen los capos mexicanos es que son muy mediáticos, un ejemplo es el mismo “Chapo” con la pretensión de que se filmará una película autobiográfica; Servando Gómez “La Tuta”, líder de los Caballeros Templarios de Michoacán (occidente) quien llamaba a las estaciones de radio para que lo entrevistarán en vivo y mandaba mensajes a través de YouTube. El caso más reciente es del CJNG, que al estilo del Estado Islámico difunde en las redes sociales videos sobre las decapitaciones y torturas a sus enemigos.
“Los cárteles mexicanos han sido los primeros en utilizar YouTube para difundir las decapitaciones, es como una herramienta para lanzar mensajes de terror”, expresó Saviano.
Si bien es cierto que en México surgirán nuevos jefes narcos, el escritor aseguró que la gente común y corriente se identificó con “El Chapo” porque “se ha convertido en el símbolo de la victoria en contra de un Estado considerado injusto, es el héroe que logró burlarse – con sus fugas estilo Hollywood – de un Estado que la mayoría de las personas desprecian. Eso es ‘El Chapo’ Guzmán, se ha convertido en héroe de los incomprendidos (no sólo de México), de los marginados, de los frustrados: representa su venganza en el mundo. Es por esto que es tan amado”.