Unidad Nacional de Operaciones(UNO) Harfuch crea grupo especial para operaciones nacionales
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, formalizó la creación de un cuerpo de agentes de élite adscrito a la Unidad Nacional de Operaciones Estratégicas (UNOE), pese a que la SSPC ya no tiene bajo su mando ninguna corporación policial.
El acuerdo, publicado ayer lunes en el Diario Oficial, delega a la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial (SIIP) la facultad de integrar este cuerpo para dirigir investigaciones y operaciones basadas en inteligencia, análisis y tecnología. La UNOE, directamente adscrita a la SIIP, coordinará sus trabajos.
La creación del nuevo cuerpo de élite de Harfuch es, en los papeles, un experimento de “inteligencia avanzada”; en la realidad mexicana, huele a refrito de los mismos grupos especiales que terminaron con credenciales oficiales en una mano y la nómina del crimen en la otra.
Qué dice el acuerdo
Omar García Harfuch formalizó en el Diario Oficial un “cuerpo de agentes de élite” adscrito a la Unidad Nacional de Operaciones Estratégicas (UNOE), bajo la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial (SIIP).
Ese cuerpo se diseña para investigaciones y operaciones basadas en inteligencia, análisis y tecnología, coordinadas por la UNOE, que responde directamente a la SIIP.
El acuerdo deja en manos de la persona titular de la UNOE la organización, coordinación y operación del grupo, aunque ni siquiera está claro quién ocupará la subsecretaría después del movimiento de Héctor Elizalde Mora a la AIC de la FGR.
El aparato que lo sostiene
La SIIP es la llave de la Plataforma Central de Inteligencia (PCI), un monstruo de datos que conecta fuentes públicas y privadas para nutrir estas operaciones “estratégicas”, con un margen enorme para vigilancia masiva sin controles visibles.
La UNOE empezó a operar desde la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, con unos 250 elementos y la meta de cerrar el año con 800, entrenados por unidades de élite de Estados Unidos, Colombia, España y Francia.
Aunque la SSPC ya no manda ni sobre la Guardia Nacional ni sobre la AIC, conserva al Servicio de Protección Federal y piezas del Centro Nacional de Inteligencia, suficientes para armar una red operativa civil alrededor de Harfuch.
El reglamento bonito, la realidad fea
El nuevo reglamento interior de la SSPC no nombra a la UNOE, pero sí una Unidad de Investigación de Delitos de Alto Impacto y Operaciones Estratégicas y una Dirección General de Operaciones Estratégicas, es decir, la arquitectura burocrática para operar grupos encubiertos con nombre o sin él.
Sheinbaum facultó a la SSPC y a la subsecretaría de inteligencia para conducir entregas vigiladas, operaciones encubiertas y apoyo a órdenes de aprehensión, lo que en la práctica significa poner en manos del mismo bloque político la inteligencia, la operación y el relato del “combate al crimen”.
Sobre el papel suena a Estado moderno; en el terreno, basta mirar Tamaulipas, Jalisco o Guerrero para ver cómo esos “grupos especiales” terminan coexistiendo, pactando o desapareciendo frente al poder real de los cárteles.
La promesa de élite vs el país que sangra
El relato oficial vende que este grupo de élite es la manera de recuperar liderazgo civil frente a los militares y dejar atrás los “abrazos, no balazos”, pero los antecedentes de fuerzas especiales mexicanas están llenos de episodios de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y filtraciones hacia el crimen organizado.
El plan de Harfuch recicla expolicías federales y elementos de grupos especiales anteriores, ahora con entrenamiento extranjero y un presupuesto alterno, como si cambiarles el parche al uniforme borrara la historia de cuerpos como los GOPES ,loes GERI ,los UNOPES de la MARINA o los GAFES del ejercito que terminaron alimentando al narco.
Mientras en Ciudad de México y en la capital federal se firman acuerdos y se estrenan uniformes tácticos, en colonias de Tamaulipas, Zacatecas o Chiapas la gente sigue poniendo “toques de queda” autoimpuestos porque el Estado llega en comunicado, pero no en patrulla.
Contraste con la “realidad lastimosa”
Se habla de PCI, SIIP, UNOE y “estrategia 2024–2030” mientras en este país siguen apareciendo fosas, sigue desapareciendo la gente y hasta agentes de inteligencia luego devueltos tras un tácito acuerdo por quienes siguen mandando los grupos armados que no necesitan decreto para ejercer su ley.
El gobierno presume 250, 800 o mil elementos de élite, pero en la calle lo que se ve son ministerios públicos rebasados, policías municipales mal pagados y comunidades que aprenden a vivir entre balaceras, asaltos carreteros,retenes ilegales y comunicados que siempre prometen que “ahora sí” este grupo será diferente.
Así, el nuevo cuerpo especial de Harfuch nace con discurso de modernidad y sello de élite, pero en un país donde la frontera entre operativo y levantón, entre cateo y allanamiento, entre inteligencia y espionaje político, es tan delgada que cabe exacta en un oficio sellado por el Estado.