¿Qué ocurrió la noche que Arturo Beltrán Leyva fue abatido por la Marina en Morelos?}
En junio de 2019, el gobierno federal anunció la subasta de un departamento ubicado en el fraccionamiento Altitude Punta Vista Hermosa, en Cuernavaca, Morelos. Después de algunos meses, la oferta se declaró desierta porque nadie quería adquirirlo. ¿Qué tenía este inmueble que provocaba tanto desinterés? Simple: fue el lugar en donde, casi una década atrás, cayó abatido Arturo Beltrán Leyva, conocido en el mundo criminal como El Barbas.
La noche del 16 de diciembre de 2009, la capital morelense fue escenario de una encarnizada confrontación que no sólo acabó con uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva, sino que dejó una profunda huella de violencia, cuyos efectos aún son visibles. ¿Qué pasó en esa fecha y qué impacto tuvo el deceso de El Barbas? En MILENIO te contamos.
Un refugio al descubierto y una atroz venganza
"Esta noche resultó muerto Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel de Sinaloa", pudo leerse en el comunicado que emitió la Secretaría de Marina (Semar) aquel 16 de diciembre de 2009. Pese a la resumida redacción del informe, la institución dio pistas sobre lo violenta que fue la jornada: hubo detonaciones de granadas y un aparente sicario prefirió quitarse la vida arrojándose al vacío en lugar de rendirse ante los uniformados.
Cinco días antes de aquel suceso, El Barbas se llevó un susto de muerte. La madrugada del 11 de diciembre, un intenso operativo de la Marina interrumpió una fiesta del cártel que tenía lugar en el fraccionamiento Los Limoneros, ubicado en los límites de Cuernavaca y Tepoztlán.
Los informes oficiales señalan que elementos de Infantería se enfrentaron a sicarios del grupo criminal, lo que dejó un saldo de tres muertos y 11 detenidos, así como 16 armas largas incautadas y 280 mil 700 dólares en efectivo asegurados. El Botas Blancas —como también era conocido Arturo Beltrán— estuvo ahí, pero pudo escapar junto con su hermano Héctor, según investigaciones del portal Insight Crime.
El jefe criminal logró evadir a las fuerzas federales, pero no se alejó demasiado. Decidió refugiarse en un departamento del complejo Altitude, una lujosa zona residencial de Cuernavaca ubicada a poco más de seis kilómetros de donde se habían llevado a más de una decena de sus hombres.
Mediante labores de inteligencia, la Semar descubrió la ubicación de Beltrán Leyva y puso en marcha un operativo para acorralarlo. Diversos reportes periodísticos de aquel entonces referían que el capo habría sido localizado gracias a la información que proporcionó en un hospital en donde fue atendido tras el operativo del 11 de diciembre.
Después de haber evacuado a los residentes de varios pisos del edificio Elbrús en el fraccionamiento Altitude, los marinos bloquearon cualquier ruta de escape. Pese a su inferioridad numérica El Barbas y su grupo de escoltas se resistieron ante las autoridades, lo que desató un intenso enfrentamiento.
Las dimensiones de aquel intercambio de metralla quedaron reflejadas en las imágenes que circularon en la prensa en los días posteriores: charcos de sangre,
salpicaduras en paredes y techos
, muros con decenas de perforaciones provocadas por las balas y casquillos de alto calibre en el suelo.
Además de El Barbas, aquella noche fueron abatidos seis presuntos sicarios y tres más quedaron bajo arresto. En cuanto al personal naval, en el combate fue asesinado el tercer maestre Melquisedet Ángulo Córdova.
Luego de que el nombre del marino se difundiera en comunicados oficiales, el cártel encontró una oportunidad para vengarse. El el 22 de diciembre de 2009, horas de que el cuerpo de Ángulo fuera sepultado, un comando de sicarios asesinó a cuatro de sus familiares en Paraíso, Tabasco, incluida su madre, dos hermanos y una tía.
La escalada de violencia en Morelos
Al día siguiente del operativo en Cuernavaca, el entonces procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez, reconoció la posibilidad de que el deceso de El Barbas provocara un incremento en los niveles de violencia como parte de la dinámica del cártel para reorganizarse. Su pronóstico se cumplió y alcanzó magnitudes que, probablemente, no imaginaba en aquel entonces.
Morelos cerró el año 2009 con un total de 317 homicidios dolosos, según datos de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) estatal. Para 2010, la cifra fue de 559 asesinatos; en 2011 se registraron 556 y en 2012 se contabilizaron 862. Lo que reflejan estos datos es que, en sólo tres años, los asesinatos tuvieron un crecimiento del 271 por ciento.
La muerte de Arturo Beltrán Leyva provocó una fragmentación al interior del cártel que no sólo repercutió en Morelos, sino que también impactó en otros territorios que esta organización tenía en su poder. El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan identificó una "disputa encarnizada de pequeños grupos que peleaban para adueñarse la principal plaza de Acapulco".
Testimonios compartidos a través de redes sociales por diversos habitantes de la capital morelense señalan que, a raíz de este suceso, en Cuernavaca proliferaron pequeñas células que trataron de acaparar actividades ilícitas como la extorsión, el secuestro y el narcomenudeo. "Morelos se volvió tierra de nadie", aseguró un residente cuya identidad permanece bajo resguardo.
Documentos de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) a los que MILENIO tuvo acceso establecen que, hasta principios de 2024, Morelos era un territorio codiciado por 16 grupos criminales. Sin embargo, las autoridades detectaron la presencia de al menos 55 estructuras delictivas durante el tiempo que duró el mandato de Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Sobre el departamento en el que El Barbas pasó sus últimos momentos de vida, se vendió finalmente en octubre de 2019 a una persona no identificada por un millón 800 mil pesos, casi la mitad de los tres millones 580 mil pesos que el gobierno anunció como precio de salida.