CDS 40,HARFUCH,POLICIAS y SOLDADOS CERO”: CARTEL de SINALOA
Otra ejecución sacude a Sinaloa: Julián Alejandro, agente de la Unidad de Robo de Vehículo de la Policía Municipal de Culiacán, fue acribillado a plena luz del día, en un ataque directo y sin miramientos en el fraccionamiento Los Ángeles.
El operativo de respuesta fue tan inmediato como inútil: patrullas de todos los niveles de gobierno inundaron la zona, pero solo para acordonar el cadáver y esperar a los peritos, mientras los responsables se esfumaban sin resistencia.
Este crimen no es un hecho aislado, sino la confirmación de una tendencia brutal: con este asesinato, ya suman 40 policías ejecutados y 19 desaparecidos en lo que va del año en la entidad. El saldo es tan escandaloso como indignante: ni un solo detenido por estas masacres, ni siquiera uno. La impunidad no es solo la norma, es la única constante.
El marcador es tan claro como demoledor: Cártel de Sinaloa 40, autoridades civiles y militares 0. Sí, cero. Y para quienes aún presumen de estrategias y “inteligencia”, cabe subrayar que la tan cacareada inteligencia de Omar García Harfuch ya está incluida en ese resultado. La realidad es irrefutable: la delincuencia organizada no solo le va ganando,los va goleando una y otra vez,despachandose policias en una entidad donde no hay nadie que despache en el gobierno.
Por que es una invitación a seguir matandolos
No detener a ningún ejecutor de policías es, en los hechos, una invitación abierta a seguir matándolos. La impunidad opera como un mensaje contundente y perverso: quien asesina a un agente de la ley no solo puede escapar, sino que lo hará sin consecuencias. Es la ley del silencio y la inacción institucional, donde el miedo y la corrupción pesan más que la justicia.
Cuando no hay detenidos, no hay justicia, y sin justicia, el riesgo para los policías aumenta exponencialmente. Los criminales entienden que pueden actuar con total libertad, que el Estado no protege a sus propios elementos y que la respuesta oficial será, en el mejor de los casos, una declaración de condena y un funeral. Así, cada ejecución se convierte en una invitación tácita para la siguiente, perpetuando el ciclo de violencia y debilitando aún más a las instituciones encargadas de la seguridad.
En resumen: la impunidad no solo permite la violencia, la alimenta. Y mientras el marcador siga en cero para las autoridades, el mensaje será claro para todos: matar policías en México no tiene castigo.
Vamos ganando ?
Bajo el escenario actual, afirmar que el gobierno y la estrategia federal militarizada de Omar García Harfuch “van ganando” resulta insostenible desde la óptica de la seguridad policial en Sinaloa.
El saldo actualizado de 40 policías ejecutados y 19 desaparecidos sin responsables detenidos es un marcador oficial que desmiente cualquier narrativa de victoria o avance real en la protección de quienes deberían garantizar la seguridad.
La estrategia puede mostrar logros maquillando cifras de detenidos,pero mientras la impunidad por el asesinato de ciudadanos y policías se mantenga intacta, el mensaje para los criminales es claro: el costo de matar a un agente es nulo. En este rubro, el marcador sigue siendo contundente: crimen organizado 40, autoridades 0. La inclusión de la inteligencia de Harfuch en este resultado solo subraya la gravedad del rezago y la urgencia de resultados tangibles en la protección de los propios policías.