A Ovidio Guzman su esposa le pegaba, era ágil en los negocios pero es el más “mandilón” y “sumiso” de los hijos de ‘El Chapo’, al punto en que su pareja salía a fiestas y le dejaba al criminal a sus hijas para cuidarlas
Ovidio Guzmán López, de 30 años, es hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, fruto de su relación con su segunda esposa, Griselda López Pérez; también es conocido como El Ratón y se le identifica como miembro de alto rango del Cártel de Sinaloa.
Junto con otros tres de sus hermanos, enfrenta cargos en Estados Unidos por conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y mariguana. El 5 de enero de 2023, Ovidio Guzmán fue detenido en un operativo en el que murieron 10 soldados y 19 presuntos criminales. Actualmente, extraditado a la Unión Americana.
Dámaso López Serrano, apodado Mini Lic, hijo de Dámaso López Núñez, alias El Licenciado, considerado el sucesor de El Chapo Guzmán, compartió en entrevista con Anabel Hernández para MILENIO, que recuerda a Ovidio Guzmán como “el más obediente” y “sumiso” de los hermanos.
El Mini Lic también lo consideró como el más ágil en los negocios de tráfico de droga. De hecho, el Ratón estudió Administración de empresas o Comercio internacional en el Tecnológico de Monterrey.
Tras la muerte de Édgar, hermano de El Ratón, su madre Griselda se llevó a Ovidio y a sus hermanos a Canadá.
“Canadá era más fácil porque allá había rutas, allá teníamos gente, había estructura y había dinero, entonces lo que se ocupara allá había dinero directamente”.
“Era un joven muy sencillo, muy consentido por su mamá, su papá también porque era el chico, pero lo de su mamá era exagerado. Era muy mandilón, lo dominaba por completo su mujer Adriana [Meza Torres]”. Ella es hija del narcotraficante Raúl Meza Ontiveros, alias M6, lugarteniente y socio del Cártel de Sinaloa.
“Es que yo los conozco desde que éramos jóvenes. Yo vi esa relación desde que eran novios, conozco completamente a Adriana y a Ovidio, y pues me tocó ver de primera mano todo. Todos sus pleitos”.
“Hubo una época en que Adriana golpeaba a Ovidio, aproximadamente 2009-2010, antes de casarse, ya no sé si ya de casados arreglarían sus problemas. Ovidio era muy tranquilo, recuerdo que Adriana salía a fiestas, a antros, bien, como cualquier mujer lo puede hacer. Ovidio se quedaba en casa cuidando a sus hijas. Era quien les cambiaba el pañal, bien, era un padre muy amoroso, de eso no me cabe la menor duda. En ese mundo [del narco] es una cosa muy poco común, es muy raro”.
“Yo me encontré muchas veces a Adriana en fiestas y le preguntaba ¿Y tu marido?, ella me decía lo dejé en la casa cuidando a las niñas.
Eso era antes, ahora que pasó todo esto del poder y los culiacanazos, sé que ya Ovidio era una persona totalmente distinta, ya traía a mucha gente armada con él, ya muchos corridos, ya andaba en fiestas, ya le seguía mucho el rollo a su hermano Iván. Ya había tomado ese camino”.
Desde hacía tiempo Ovidio había comenzado a hacer muchísimo dinero. “Trabajó muy fuerte”, dice ‘Mini Lic’. “Hubo un tiempo que trabajó con otro narcotraficante de nombre Gabriel Valenzuela, ahí hizo muchísimo dinero. También trabajaba con su padre, pero en esto debes diversificarte y trabajar con uno y con otro. Gabriel Valenzuela empezó siendo fletero. Movió la droga de Guatemala a Chiapas, y de ahí a Sinaloa y la frontera con Estados Unidos, traficando cocaína. Ahí hizo mucho dinero”.
–¿Qué hizo Ovidio con ese dinero?–
"Compró ranchos, le gustan mucho los caballos, es un gran apasionado de los caballos. Era sencillo, jamás lo miré con joyas, tampoco autos llamativos, no digo que no los tuviera pero nunca me tocó verlos", finalizó.