Así narraron la fuga de El Chapo Guzmán, se escapo El 701
El 11 de julio de 2015 se registró la fuga de un prisionero en México, cuya noticia le daría la vuelta al mundo, pues el delincuente que escapó era nada menos que Joaquín El Chapo Guzmán, quien se encontraba recluido en el penal de máxima seguridad El Altiplano.
Como si se tratara de una película, el entonces líder del Cártel de Sinaloa se fugó desde su propia celda a través de un túnel que fue construido por debajo de la prisión, sin que nadie se diera cuenta.
Ahora, a siete años de ese hecho, se dieron a conocer detalles de cómo se vivieron los momentos posteriores a la fuga dentro del penal, gracias a las declaraciones de dos excustodios que en la actualidad pertenecen al Servicio de Protección Federal.
Al ser entrevistados por el diario Milenio, ambos recordaron las primeras horas de la “noche cero”, como le llaman al momento en el que el Chapo salió de prisión por un boquete en el baño de la celda 20 del área de Tratamientos Especiales.
“¡Valió madres, se escapó el 701!”, gritó el custodio Norberto cerca de las 21:00 horas, cuando una inusual clave se coló en el radio que portaba. Todos se referían al Chapo como “El 701”, y no precisamente por ser su número de prisionero, sino por la posición que ocupaba en la lista de millonarios de la revista Forbes.
En ese momento faltaban unos minutos para el pase de lista y, aunque en un principio muchos pensaban que se trataba de una broma, la alarma de Código Rojo se activó por todas las áreas de la prisión, es decir, la instrucción para cerrar todos los accesos cuando se detecta que un reo se ha fugado.
“¿Quién? ¿Quién?”, preguntó alguien por la radio de manera ansiosa, y la respuesta paralizó a todos cuando se escuchó: “¡35-78 por el baño!”, ahora sí, haciendo referencia al número de prisionero de Guzmán Loera.
“¡Por eso los ruidos en la madrugada! ¡Yo te dije que no era normal!”, gritó el custodio Francisco imaginando lo peor. Todos los del turno de la noche pagarían con cárcel por no haber investigado esos ruidos de excavaciones cerca del penal que sus jefes les dijeron que eran reparaciones de la Comisión Nacional del Agua para los vecinos de Almoloya.
Los jefes de los custodios Norberto y Francisco habían sido corrompidos por los sobornos millonarios de Emma Coronel, quien confesó en Estados Unidos que planeó la fuga de su esposo durante los encuentros íntimos en la prisión. Ambos acordaron que simularían la construcción de una casa a kilómetro y medio de la prisión federal, para llegar bajo tierra hasta el área de Tratamientos Especiales.
“Ya no vas a volver a tu casa”, le dijo Norberto a Francisco en medio del caos. “Si puedes, despídete de tus hijos. Ahorita nos van a detener a todos. Nos van a echar la culpa los jefes. Los primeros que se joden son los de abajo”, agregó.
De inmediato comenzó la búsqueda del Chapo en todas las áreas del penal, con una falsa esperanza de que el túnel fuera un señuelo y el capo hubiera intentado escapar por otra vía, pero no fue así.
“Aquella noche nadie durmió, hubo hasta quienes vomitaron de miedo”, recordó Norberto, detallando que a los custodios y monitoristas los llevaron a una sala pequeña para un duro interrogatorio.
De acuerdo con el diario Milenio, los dos excustodios revelaron poco sobre lo que ocurrió en esas horas angustiosas, y cuando se les preguntó si torturaron a alguien, ambos callaron y decidieron terminar la conversación. “El Chapo escapó y yo sentí como si me hubieran empujado a su celda de por vida”, culminó Francisco.
Trece personas terminarían detenidas por la fuga del capo, entre ellas, el director de la prisión, Valentín Cárdenas Lerma, así como el jefe de Norberto y Francisco, quien terminó en el penal de Tepic, Nayarit. Los dos custodios, por haber estado lejos de la celda cuando ocurrió la fuga, fueron puestos en libertad al día siguiente, pero vigilados por meses por policías disfrazados de civiles.