El Chueco después de ejecutar a los sacerdotes se confeso con un padre, pidió perdón y se escapo con los cuerpos
Luego de ejecutar a “sangre fría” y sin misericordia a los sacerdotes Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, así como al guía de turistas Pedro Eliodoro Palma, José Noel Portillo Gil, autor de la masacre, pidió perdón y solicitó al padre Jesús Reyes le confesara por lo que había hecho en el interior de la iglesia de Cerocahui, en la zona Tarahumara de Chihuahua,luego robó los cadáveres de las víctimas y huyo de la escena del crimen.
Lo anterior, fue revelado por el también sacerdote jesuita Javier “El Pato” Ávila, quien en plática con su compañero de vocación Jesús Reyes, expuso que éste, quien sostiene que no se explica el por qué el “Chueco” no lo privó de la existencia, mantuvo conversaciones con el presunto homicida durante una hora, luego de lo cual, al parecer por la fuerza y asistido por sus cómplices, sacaron los cuerpos de las víctimas.