Un ataque armado en Colima deja un muerto y dos heridos, los Sicarios llegaron y rafaguearon el lugar donde estaban
La jornada violenta en Colima siguió este Viernes Santo con un ataque armado en la capital del estado, donde un hombre fue asesinado y dos más resultaron heridos, derivado de la narcoguerra desatada a principios de este año entre La Vaca y el CJNG.
De acuerdo con fuentes de seguridad el ataque armado ocurrió en un domicilio particular de la calle Catarina de la colonia Gustavo A. Vázquez, al sureste de la ciudad, alrededor del medio día de este 15 de abril.
Uno de los sujetos que se encontraban conviviendo en el sitio perdió la vida en el lugar a causa de las heridas por impactos de arma de fuego, mientras que dos más fueron trasladados en ambulancia para su intervención médica.
La agresión fue registrada por una cámara de videovigilancia localizada en la parte superior de una esquina del inmueble, donde había diversas herramientas de un aparente taller mecánico improvisado. Las autoridades precisaron que no se trataba de algún establecimiento, sino una residencia privada.
Elementos de la SEMAR y de la Policía Municipal arribaron hasta la casa localizada en inmediaciones de una escuela primaria, casi esquina con la Avenida República Mexicana. Elementos del Ejército y la Guardia Nacional también se desplegaron para acordonar la zona en apoyo a elementos periciales.
En el video de casi tres minutos se observa como un grupo de hombres se encontraban cerca del domicilio, en las afueras de una habitación que da la calle. Se les oye platicando entre bromas, mientras otros más revisan su celular y más gente cruza por la banqueta.
De pronto comienzan los disparos y algunos tratan de escapar hacia adentro, unos más se tiran al piso. Lo sicarios dispararon al menos 20 veces contra el grupo de unas cinco personas jóvenes. Tras la refriega los heridos se arrastraron dejando una estela de sangre y gritando por los quejidos.
Luego del ataque los Sicarios se dieron a la fuga. Entonces llegaron más personas revisar a quienes resultaron con lesiones, un hombre gritaba para que cerraran el zaguán eléctrico, mientras una mujer rompía en llanto.
“¡Tranquila, tranquila!”, pedía el sujeto al tiempo que acudía a la escena y un adolescente igual se asomaba para ver el saldo. El sujeto llamó por celular para informar de la balacera que había tenido lugar en esos momentos. Las puertas fueron cerradas, un hombre salió apresurado de donde estaba escondido y el herido ya no emitía mayores quejidos.
Cuatro horas más tarde, pero en la zona centro de Coquimatlán, fue reportada otra ejecución que sumará a la ola de violencia de este Viernes Santo en la entidad gobernada por Indira Vizcaíno. Según reportes locales, una persona fue asesinada por disparos de arma de fuego en la calle Constitución, esquina con Pino Suárez.
Tan solo en el transcurso del Jueves Santo medios locales contabilizaron nueve personas asesinadas a balazos. Al menos cinco de las víctimas fueron ejecutadas en Villa de Álvarez, dos en la capital Colima, y una más en Manzanillo, como en Coquimatlán.
Desde que se desató la riña en el penal de Colima, el 25 de enero pasado, el Cártel Independiente de Colima se asumió en disputas territoriales contra aquellos que eran sus socios en el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Transcurrieron casi dos semanas y la noche del 7 de febrero hubo dos ejecuciones, heridos y balaceras contra casas en la capital como en Villa de Álvarez. Al día siguiente fueron desplegadas las narcomantas que declaraban la guerra.
Durante esa semana se recrudecieron las noches de terror, descuartizados, ejecuciones a pleno día, en la noche o madrugada, lo mismo que balaceras y cierres de negocios y escuelas. Por ello arribaron más de mil 500 soldados, además de centenas de agentes de la Semar y la Guardia Nacional para acumular 4 mil 500 efectivos de seguridad.
A ellos se sumaron otros 500 agentes federales tras el arresto de Aldrin Miguel Jarquín Jarquín, el Chaparrito, lugarteniente del CJNG que cayó en Zapopan el 13 de marzo pasado. Pero la narcoguerra no cede, pues el nuevo grupo criminal prometió controlar el estado.