Tras captura de miembros del CJNG en Michoacán, convoy de Carteles Unidos bien empecherados se desplaza a la comunidad
A unas horas de la captura de nueve presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación en Aguililla, entre los que estaría el jefe de plaza de apodo “El Burro Gris”, un convoy de sicarios de las asociación delictiva Carteles Unidos, en al menos veinte camionetas, ha sido visto trasladándose a la comunidad Bonifacio Moreno “El Aguaje”.
El día lunes elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional capturaron en El Aguaje a ocho hombres y una mujer, a quienes les aseguraron un fusil Barrett calibre 50 milímetros, otras siete armas largas y más de 300 cartuchos útiles.
Al parecer luego de varios días de lucha la comunidad pasó a manos del Cártel Jalisco.
La noche del martes, habitantes de Aguililla han reportado el desplazamiento hacia El Aguaje, de al menos una veintena de camionetas de la asociación criminal Carteles Unidos, conformada por los cárteles de Los Viagras, de Tepalcatepec, Caballeros Templarios y Blancos de Troya.
Desde finales de 2019, el Cártel Jalisco emprendió una campaña para conquistar ese territorio, el cual desde entonces cambia constantemente de manos.
Luego de robo de una avioneta de cocaína propiedad del CJNG, en una traición del Cártel de Tepalcatepec que dirige Juan José Farías Álvarez “El Abuelo”, se conformó la asociación criminal Carteles Unidos contra el Cártel Jalisco Nueva Generación, que hasta esta fecha pelea el control de ese territorio y de otros más en la Tierra Caliente michoacana.
Ante este panorama, la respuesta del gobierno del perredista Silvano Aureoles Conejo ha sido dejar abandonada esa región a la suerte de los grupos criminales, que han secuestrado, violado, “levantado”, desaparecido y asesinado a la población a su antojo, mientras el mandatario, sus hermanos y el secretario de gobierno Carlos Herrera Tello se encuentran en campaña proselitista con miras a las elecciones 2021.
Actualmente El Aguaje es un pueblo “fantasma”, pues sus habitantes y los de comunidades cercanas huyeron a municipios vecinos -aunque no menos peligrosos- escapando de la violencia que se vive en sus localidades, situación que es ocultada por el gobierno del estado.