LOS MORROS, Gro.- Un grupo armado atacó a balazos la caravana de personas desplazadas por la violencia de la sierra de Guerrero, pese a que era resguardada por soldados y policías estatales, y acompañada por funcionarios estatales, representantes de organismos de Derechos Humanos y reporteros.
El atentado que no dejó víctimas fatales, impidió que pobladores de Campo de Aviación, Filo de Caballos y Puentecillas regresaran a sus comunidades, las cuales siguen tomadas por la guardia comunitaria de Tlacotepec.
Un día antes, el gobierno de Héctor Astudillo Flores había asumido el compromiso con las víctimas de garantizar el regreso a sus pueblos y replegar al grupo armado de Tlacotepec.
Cerca del medio día de ayer, más de 200 personas desplazadas salieron de Chichihualco en una extensa caravana de autos que recorrió un sinuoso camino de terracería entre paisajes boscosos y sembradíos de marihuana y amapola, esparcidos en las entrañas de la Sierra Madre del Sur.
Dos horas después, las víctimas que fueron expulsadas de sus comunidades la semana pasada y permanecieron refugiadas en condiciones de hacinamiento en Chichihualco, arribaron a Los Morros y cuando se disponían a seguir avanzando hacia el poblado de Campo de Aviación, municipio de Leonardo Bravo, se registró la agresión armada sobre la carretera.
La balacera fue percibida directamente por una patrulla militar y un grupo de reporteros que viajaban en dos autos, sobre un camino boscoso y desde un monte surgieron las ráfagas.
Mientras los soldados y reporteros se resguardaban en el talud de un cerro, el subsecretario para Asuntos Políticos de la Secretaría de Gobierno, José Martín Maldonado del Moral, que viajaba en una camioneta blindada y escoltado por una patrulla de la Policía estatal, decidió regresar al poblado de Los Morros para refugiarse.
El nerviosismo de soldados y policías que buscaban determinar el origen de la agresión armada, provocó que un militar accionara su arma de manera accidental y desató una confrontación verbal entre uniformados.
Enseguida, soldados y policías recorrieron la zona a pie, hasta llegar al poblado de Campo de Aviación donde miembros del grupo armado de Tlacotepec estaban apostados en los cerros y mantenían bloqueada la carretera con un camión de volteo que fue atravesado en la vía asfaltada.
De esta forma, la guardia comunitaria de Tlacotepec impidió el avance de la caravana y el regreso de los desplazados de la violencia a sus comunidades, quienes decidieron regresar por la noche al mismo auditorio de Chichihualco ante la falta de garantías y la ausencia de gobierno.
Ello después de que el funcionario estatal que encabezaba la caravana, fracasó en su intentó de diálogo con los comunitarios de Tlacotepec para que desalojaran los pueblos que mantienen tomados en el municipio de Leonardo Bravo.
En tanto que una parte del grupo de desplazados, se quedó en el poblado de Los Morros donde se mantiene otro grupo armado denominado Policía Ciudadana.
Al respecto, el alcalde priista de Leonardo Bravo, Ismael Cástulo Guzmán reprochó la indolencia del gobierno estatal que está provocando que se agudice el conflicto armado en la Sierra.
Por su parte, el visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Hipólito Lugo Cortes consideró que la presencia de grupos armados, impide que existan garantías para que los desplazados por la violencia regresen a sus comunidades.
Mientras, el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame y el vocero de la administración astudillista, Roberto Álvarez Heredia se limitaron a polemizar en redes sociales, argumentando sin presentar pruebas y explicar motivos, que el ataque a tiros contra la caravana de desplazados se trató simplemente de “disparos al aire”.