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“El Mayo” Zambada y Caro Quintero dividen al CJNG y van contra “El Mencho”

- 20:12:00


Ciudad de México.-El empoderamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el estado que lo vio nacer y su crecimiento a otras entidades de la República le han abierto diferentes flancos que han hecho de Jalisco un campo de batalla entre grupos criminales, según fuentes de inteligencia locales, publica hoy El Universal.

De acuerdo con el diario nacional, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) resaltan que el primer semestre del año ha sido de los más violentos al registrar 882 homicidios dolosos, si se considera que en 2015 fueron mil 19 en todo el año; en 2016, mil 153 y en 2017, mil 342.

Autoridades de seguridad y de procuración de justicia estatales revelan que la violencia en la entidad deriva principalmente de la escisión del CJNG, que ha dejado una disputa interna entre varias de sus células por el control del narcomenudeo, principal causa de que se hayan disparado los homicidios dolosos en la entidad y más en la zona metropolitana.

De enero a junio de 2018 se han registrado 882 asesinatos, lo que representa, en promedio, 147 homicidios dolosos por mes, 36.7 por semana, 5.2 por día o uno cada 4.6 horas. De esos 882, 546 fueron perpetrados con arma de fuego, 81 con arma blanca, donde entran los desmembrados, y 223 no especificados.

De acuerdo con cifras oficiales, la violencia ha aumentado en los últimos cuatro años; de enero a junio de 2015 hubo 425 homicidios dolosos, por lo que 2018 supera a esa cifra con más del doble.

ZONA METROPOLITANA

De los 125 municipios que hay en Jalisco, los nueve que conforman el área metropolitana de Guadalajara son los que concentran el mayor número de homicidios dolosos, de acuerdo con el mapa de criminalidad de la Fiscalía General de Jalisco, llamado Seguridad Map.

De los 882 homicidios dolosos registrados de enero a junio de este año, 649 fueron en la zona metropolitana de Guadalajara, es decir, 73.6% del total. La capital tiene la mayor incidencia con 207, le sigue Tlaquepaque con 130, Tlajomulco con 103, Zapopan con 97, Tonalá con 65 y El Salto con 40. El resto se dividen en Zapotlanejo, Ixtlahuacán y Juanacatlán con cuatro, dos y uno respectivamente.

GENERADORES DE VIOLENCIA

El documento de inteligencia cita que la disputa del CJNG con otros cárteles en las fronteras de Jalisco con Michoacán, Colima, Nayarit, San Luis Potosí, Zacatecas y Guanajuato han sido un factor generador de violencia para esta entidad.

Las batallas más violentas que disputa el CJNG, son por ejemplo, en Michoacán con “La Nueva Familia Michoacana”, encabezada por los hermanos Sierra Santana, mejor conocidos como “Los Viagras”.

Desde el vértice que hacen los estados de Guanajuato, Michoacán y Jalisco, “Los Viagras” intentan contener el avance del CJNG que le ha ganado terreno en Michoacán, donde han dejado innumerables enfrentamientos, asesinatos, secuestros, desapariciones forzadas y desmembrados.

El concentrado de inteligencia apunta a que el interés del CJNG es apoderarse de los laboratorios clandestinos que controlan “Los Viagras”.

En Nayarit, ese grupo sostiene una batalla con el “Cártel de Los Beltrán Leyva” y en Zacatecas con “Los Zetas”.

También en Colima y su frontera con Jalisco el CJNG ha provocado un aumento de violencia, ya que desde 2016 lograron desterrar a las células de “Los Caballeros Templarios” y al “Cártel de Sinaloa”.

La violencia de esa zona se conoció en febrero de 2018, entre los límites de Jalisco y Nayarit, donde los agentes Alfonso Hernández y Octavio Martínez fueron secuestrados y obligados por integrantes del CJNG a grabar un video (hincados y sometidos por hombres armados y encapuchados) que fue publicado en redes. A la fecha, la PGR ha detenido a 18 miembros de ese grupo criminal que abandonó los cuerpos de los agentes en un vehículo localizado en Xalisco, Nayarit. La procuraduría identificó a Mauricio Varela, “El Manotas”, de nacionalidad colombiana, como el autor intelectual.

‘EL MAYO’ DIVIDE A SUS ENEMIGOS

El informe al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL indica que los narcotraficantes Rafael Caro Quintero e Ismael “El Mayo” Zambada, éste último al mando de las operaciones del Cártel de Sinaloa, lograron su principal objetivo: dividir al CJNG.

En agosto de 2017, el jefe de sicarios de “El Mencho”, Carlos Enrique Sánchez Martínez “El Cholo”, ordenó el asesinato de Marcos Hernández, alias “El Kartón”, presunto operador financiero del CJNG, ese homicidio fue considerado por Nemesio Oseguera Cervantes como una traición, por lo que ordenó la muerte de, hasta ese entonces, uno de sus más cercanos colaboradores: “El Cholo”, quien sobrevivió a dos atentados en su contra en 2017 y a partir de ahí se convirtió en “el enemigo en casa” de Oseguera.

El documento infiere que la ruptura al interior del CJNG fue aprovechada por Caro Quintero y “El Mayo” Zambada, quienes actualmente financian la movilidad y operaciones de “El Cholo”, quien lidera el cártel de reciente creación denominado Nueva Plaza. De ahí que “El Cholo” entró a apoderarse del estado de Colima.

Esta ruptura entre “El Mencho” y “El Cholo” provocó que otras células a su servicio se dispersaran y encabezaran por su cuenta el narcomenudeo.

El documento refiere que hasta hace dos años la venta de droga en Jalisco era manejada por “El Mencho”, lo cual fue corroborado por las etiquetas con las iniciales del CJNG, con las que son marcados los sobres de distribución.

Desde la fractura del cártel a la fecha, las autoridades han detectado al menos 16 hologramas más con los que son etiquetadas las bolsas o los sobres con estupefacientes.

Se trata de hologramas con los nombres y características de las células que los distribuyen: por ejemplo, “Lobo”, que es el más predominante, “Calavera Lemon”, entre otros. El documento muestra que ahora hay 16 células más en la zona metropolitana.

Las autoridades dicen que la lucha por el narcomenudeo entre las células, la escisión del CJNG y la creación del Nueva Plaza concentran nueve de cada 10 asesinatos en Jalisco.

‘Este país asesinó a mi hija y a miles más’

Orlando es padre de dos hijas adolescentes: Katia y Zulema que, junto con su esposa Maricarmen, fueron secuestradas en abril de 2015 por un grupo de civiles armados que se identificaron como integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Katy, de 17 años, fue asesinada frente a su madre y hermana. Las tres mujeres fueron torturadas durante mes y medio en un predio del municipio de Tlajomulco, donde dos años más tarde fueron localizadas seis fosas clandestinas.

Orlando, originario de Zamora, Michoacán, contó que su esposa e hijas fueron confundidas, por el vehículo en el que viajaban, con la familia de uno de los líderes del grupo criminal “Los Viagras”, organización con las que se disputan Michoacán. El ingeniero químico y consultor en campos agrícolas en la franja de ambos estados (Michoacán y Jalisco) comentó que su esposa e hijas fueron secuestradas cuando iban de Zamora a Guadalajara para acudir a la preparatoria en la que estudiaban las dos jóvenes.

Orlando y Maricarmen decidieron inscribir a sus hijas en una escuela de la capital jalisciense, debido a la ola de violencia que azotaba al estado de Michoacán, su tierra natal. Katia y Zulema llevaban dos años junto con su madre en Guadalajara, cuando una tarde de abril mientras circulaban a la altura de Tlajomulco fueron interceptadas por un grupo armado que las obligó a subir a otro vehículo. A decir del padre de las jovencitas, los civiles armados les insistieron desde el primer momento que las privaron de su libertad, que les dijeran dónde se escondía Juan Carlos Sierra Santana “La Sopa”, uno de los líderes de “Los Viagras”, asesinado después en 2017. “No te hagas pen…, que tú eres la pu… de ‘La Sopa’, esta es su camioneta. Dinos donde se esconde, con quién entró [a Jalisco] y las vamos a dejar ir”, recordó Orlando algunas frases que le gritaban a su esposa.

‘Este país asesinó a mi hija y a miles más’

Orlando es padre de dos hijas adolescentes: Katia y Zulema que, junto con su esposa Maricarmen, fueron secuestradas en abril de 2015 por un grupo de civiles armados que se identificaron como integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Katy, de 17 años, fue asesinada frente a su madre y hermana. Las tres mujeres fueron torturadas durante mes y medio en un predio del municipio de Tlajomulco, donde dos años más tarde fueron localizadas seis fosas clandestinas.

Orlando, originario de Zamora, Michoacán, contó que su esposa e hijas fueron confundidas, por el vehículo en el que viajaban, con la familia de uno de los líderes del grupo criminal “Los Viagras”, organización con las que se disputan Michoacán. El ingeniero químico y consultor en campos agrícolas en la franja de ambos estados (Michoacán y Jalisco) comentó que su esposa e hijas fueron secuestradas cuando iban de Zamora a Guadalajara para acudir a la preparatoria en la que estudiaban las dos jóvenes.

Orlando y Maricarmen decidieron inscribir a sus hijas en una escuela de la capital jalisciense, debido a la ola de violencia que azotaba al estado de Michoacán, su tierra natal. Katia y Zulema llevaban dos años junto con su madre en Guadalajara, cuando una tarde de abril mientras circulaban a la altura de Tlajomulco fueron interceptadas por un grupo armado que las obligó a subir a otro vehículo. A decir del padre de las jovencitas, los civiles armados les insistieron desde el primer momento que las privaron de su libertad, que les dijeran dónde se escondía Juan Carlos Sierra Santana “La Sopa”, uno de los líderes de “Los Viagras”, asesinado después en 2017. “No te hagas pen…, que tú eres la pu… de ‘La Sopa’, esta es su camioneta. Dinos donde se esconde, con quién entró [a Jalisco] y las vamos a dejar ir”, recordó Orlando algunas frases que le gritaban a su esposa.

Sin hallar el paradero de los italianos

A seis meses de que se tuviera la última pista de los italianos Antonio Russo, de 25 años, Rafaele Russo de 60 años y Vincenso Cimmino, de 29 años, el paradero de los tres extranjeros sigue siendo un misterio.

Hasta ahora se tiene detenidos por este caso a cuatro policías de Tecalitlán y un comandante se encuentra prófugo, además de que en días recientes fue capturado José Guadalupe “N” “El Quince”, presunto jefe regional del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el sur de Jalisco y Colima, y quien estaría relacionado con la desaparición de los tres extranjeros.

El último punto en que pudo estar Raffaele Russo antes de desaparecer la tarde del pasado 31 de enero fue Tecalitlán, Jalisco, en la frontera con Tierra Caliente, Michoacán. A dos kilómetros de ese lugar, ese mismo día por la noche se detectó la última ubicación de su hijo y sobrino Antonio Russo y Vincenzo Cimmino, quienes presuntamente fueron entregados por policías municipales a un grupo del crimen.

De acuerdo con las indagatorias sobre su desaparición, el principal responsable sería un sujeto identificado como “Don Ángel”, presunto líder del CJNG en esa región.

Parte importante de la reconstrucción de los hechos fue Francesco Russo, quien desde la Ciudad de México tuvo el último contacto con sus tres familiares y se movilizó para rastrear el GPS de los dos vehículos rentados en los que desaparecieron los tres italianos. Fue hasta el 19 de febrero que el caso cobró notoriedad, luego de que en un partido del Club Nápoles, en Italia, se desplegara una manta en las tribunas con la petición: “Liberen a los napolitanos en México”.

Ese día, la fiscalía de Jalisco intervino a la policía de Tecalitlán para investigar a sus elementos. Resultado de esto, las autoridades detuvieron a cuatro policías, quienes confesaron haber entregado a dos de los italianos a un grupo del narco.

En tanto, continúan en la búsqueda del director de la corporación, Hugo Enrique Martínez Muñiz, y de otros dos elementos. Mientras en Italia, familiares de los desaparecidos mantienen las esperanzas.

Fuente: El Universal

 

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