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"Bienvenidos al VIP de arraigo" a mujeres narco Zetas donde estuvo Zhenli Ye Gon me bajaron el pantalon y me dieron toques en el recto

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MARINOS: "BIENVENIDAS AL VIP DE ARRAIGO"; A MUJERES NARCO DE LOS ZETAS

"Bienvenidos al VIP de arraigo" a mujeres narco Zetas donde estuvo zhenli ye gon me bajaron el pantalon y me dieron toques en el recto

En esta ocasión se relataran de viva voz los relatos de cuatro chicas que resultaron acusadas de pertenecer al Cartel de Los Zetas, de un instante a otro no se imaginaron a modo de cambiaría su vida y manifiestan haber sido cruelmente torturadas por la Marina y el Ejercito para aceptar muertes que afirman no cometieron.

Éste es 1 los declaraciones que hemos recopilado entre gente metida en el Narcotraficante que forman parte de "Los Traficantes Relatos" un proyecto que recopila las anécdotas que se muestran a diario sobre México son las señales que a desahuciado la pelea en oposición el narcotráfico y que damos testimonio aquí. Sobre esta ocasión lo acompañamos de nombres reales, los acontecimientos son especificos y lo he acompañado de mi definición de estos deplorables casos.

Cuatro hembras se encuentran a punto de ser torturadas. Una se encuentra c*giendo frenéticamente sobre un motel. La otra baila encima de la barra de un bar. La tercera duerme en bikini en la cama de un completo extraño, y la última se localiza colocando una toalla sanitaria en del baño de su hogar. 

A juzgar por su estado de ánimo no conservan ni put@ idea de que sus vidas estan apunto de transformarse. 

Y las van a condenar por pertenecer al cártel de la última letra: Los Zetas.

KRISZTINA KIRÁLY

Mientras estaba sentada en mi domicilio y viendo la television de mi recámara, siempre era Colombia el contexto en el cual corrían las balas y la sangre, pero no México, donde vine desde Hungría, buscando superar la crisis económica. Pero las cosas salieron de la chingada, terminé recluida sobre el Cereso Femenil de Mexicali acusada de pertenecer al cártel de Los Zetas.

Más que los fallecidos que he visto colgados encima de los puentes vehiculares a lo largo y ancho del país me sorprendió lo paradisiaco de las playas oaxaqueñas y encima de todo, la ordenanza que guardan los mexicanos para convertir sobre festejo cualquier trivialidad. De los narcóticos sé poco, por mera recreación he probado mariguana y cocaína. Las tachas y el éxtasis jamás, diez años después, de que salí de Europa Oriental, escasamente comenzaban a ser las invitadas indispensables de las fiestas.

Mis compañeras me dicen que me parezco a las gitanas que caminan encima de los centros comerciales de Mexicali, buscando a quién leerle la mano por 30 pesos. Me cuesta esfuerzo localizar acentos sobre las palabras. Mi “mama” era enfermera de nosocomio y mi “papa” oficial, allá en mi aldea natal de no más de  100 colonos, Taktaszada, junto a la frontera con Eslovaquia.

El motivo de mi captura es por delincuencia organizada, de acuerdo como dicen es por narcótico. Tengo aquí sobre Mexicali aproximadamente 2 años y medio.

Llegué a trabajar al Distrito Federal hace aproximadamente nueve años. Fui edecán, dama de compañía y bailarina exótica de fiestas. Sobre Hungría trabajaba en la empresa Nestlé, pero no me alcanzaba el efectivo.

 El esposo de una amiga de allá de Hungría, me dijo que me alcanzaría el dinero en México trabajando en un centro nocturno. 

Acepté, viajé y comencé a trabajar en Solid Gold; no es un table dance cualquiera, es un elegante centro recreativo, es más, teníamos que usar vestimenta adecuada y muchas veces sólo platicábamos, no fichábamos. Ahí se halla lleno de chicas checas y húngaras. Los clients logran cenarse un filete encima de un privado en tanto alguna chica le baila desnuda.

El día que me apresaron me habían contratado para impartir un show a una persona que cumplía años. Me contrataron de 12 de la madrugada a 12 del día, pero a las 4 me dio sueño, me fui a descansar un rato y les dije que si me ocupaban para algo que me levantaran. A las nueve de la mañana entró el Ejército rompiendo puertas y nos paralizaron a todos. Jamás me interrogaron nada, ni cómo me llamaba, ni de dónde era, ni qué estaba haciendo ahí, sólo me esposaron y me subieron a un autobús.

Fui torturada. 

Me pegaron con los puños sobre la nuca. Me pegaron encima de todo el cuerpo hasta que se aburrieron. Y me descargaron 200 voltios de electricidad sobre todo el cuerpo. Luego de horas de golpes e interrogatorio pedí agua. La contestación fue que me acostaron, me introdujeron un embudo de plástico encima de la boca, me vaciaron varios litros de agua de la llave y me pegaron con los puños sobre el estómago. Pensé que estallaría. No supe si me torturaron soldados o policias, porque siempre tuve tapados los ojos.

Tengo una niña de 2 años que vive con su padre, un arquitecto con el que viví 2 años. 

No tengo familia en México y ninguno me visita; a veces mi familia me manda dinero o mis amigos, pero no siempre. Es complejo. Algunas mujeres de mi pasillo me ayudan con cosas personales como papel de baño, jabón o quince pesos de tarjeta de teléfono para preguntar como está mi hija, eso porque las ayudo con la talacha o lavo su ropa. Es dificil estar  la cárcel en más si eres extranjero.

A mí me encanta la gastronomía, me gusta mucho la comida mexicana, el mole poblano, la sopa azteca, el picante. Aquí en la cárcel mi comida favorita son los chilaquiles. Jamás pensé extrañar tanto a mi casta y a mi hija, jamás pensé separarme de ella.

Me gusta mucho la música clásica, el sonido del piano y del violín. La única música que escucho aquí encima de la celda es la de la televisión. Permanecemos cambiando de canal sobre alguno que haya musica, ahí le dejamos y todas las compañeras bailamos y cantamos. Me gusta la música de mariachi. Sobre Hungría jamás la había escuchado. La banda sinaloense se parece en varios sonidos a la música de las bandas de Alemania y del bosque en donde vivía, me gusta.

Mi embajada supo que me arrestaron varios días despues. En el momento que me capturaron lo primero que tenían que hacer los soldados era comunicarse con mi embajada. Hasta que estuve arraigada en la PGR, en el Distrito Federal, me dejaron comunicarme con la embajada de mi país; ellos me dieron ropa interior y cosas personales que necesitaba. Mi caso lo estan llevando en Tamaulipas, a pesar me apresaron en Oaxaca y yo vivia en Mexicali. Mi abogado, que se localiza en Matamoros, piensa que este año salgo. No tienen de qué acusarme, yo nomás estaba realizando mi show, no conocía a las sujetos que dicen que eran de Los Zetas. Jamás miré estupefacientes, ni pistolas sobre la residencia adonde me contrataron. El hogar tenia alberca, pero no era muy lujosa.

Aquí en la cárcel hay muchas que el novio o el esposo las metió en este tipo de trabajos y ellas ni sabían. Muchas se declararon autores de homicidios que desconocían, pero porque las torturaron. Me acuerdo que en el momento que llegué a México y estaba el presidente Vicente Fox no había tanto caos. En el tiempo que entró Felipe Calderón todo se transformó violento.

Una vez estaba sobre La Costera de Acapulco y se soltó una refriega tan fea que  mis amigas empezaran a temblar y yo las tiré al piso y nos arrastramos por la acera, inmediatamente nos regresamos al DF.

Un día en la cárcel comienza con las arrastradas (ollas) para comer, llegan a las 6:30 am, a esa hora desayunamos y limpiamos las celdas. Todas las que somos llevadas de otros estados sólo podemos salir al patio los lunes una hora, todos los demás días nos encontramos encerradas las 24 horas. En mi celda éramos 18 sólo que hace 2 meses se llevaron a 6 a Nayarit. Todas las que permanecemos por ejecuciones federales podemos ser transportadas a otras cárceles de México; las que son de Mexicali son las que consiguen ir a clases, a la iglesia y salir al patio 2 horas a la semana.

Sobre la disciplina se halla prohibido el uso de maquillaje, pero hemos aprendido a maquillarnos con la tinta de las páginas de revistas que remojamos sobre agua, usando colores de madera, plumones y grenetina, eso es lo que podemos usar. 

Los labios los pintamos con grenetina de fresa. No es agradable estar aquí. Quisiera que mi padre leyera esto, pero no me acuerdo de su correo. Ojalá hubiera más deporte aquí, jamás nos movemos y ya me duelen los huesos.

Ella fue llevaba a las Islas Marías,.

JACQUELINE CERVANTES

Estoy acusada y asustada, pero ya no lloro, no le veo el caso. 

Estoy presa por delincuencia organizada y violación a la Ley Federal de Pistolas de Llamas y Explosivos, encima de las modalidades de portación armas de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. No me han sentenciado, mi proceso sigue abierto. Me acusan de pertenecer a una célula de Los Zetas.

Me apodan Güera. Soy de Tula, Hidalgo. Jamás pensé que acabaría tan lejos de mi domicilio. Allá tenia un establecimiento. Vendía pollo asado, dulces, zapatos y lo que se me atravesara. Tengo 29 años. Llegué a Mexicali el 18 de julio de 2011.

Mientras me sacaron del Centro Nacional de Arraigos de la PGR y me ascendieron al avión de la Oficial Federal para traerme a la frontera, pensé que me iba a desmayar, jamás me había subido a 1, pero no pasó nada, siempre estuve despierta. Pero primeramente te voy a contar no del el tiempo que me fui si no de cuando llegué ahí. Me acuerdo que los integrantes de la marina nos dijeron: “Bienvenidos al VIP arraigo”, y se rieron.

La custodia era las 24 horas del día. Es como estar en un hotel, pero con rejas encima de las puertas. Dependiendo del asesinato es el color de la camiseta. A mí, que iba por delincuencia organizada, me tocó el color amarillo. A los que estan por lavado de dinero les toca el verde. Color rojo es por secuestro. Naranja por terrorismo. A los de trata de ciudadanos y venta de órganos les toca camiseta blanca. Y morado es por fraude bancario por la red y extorsión.

Hasta el cuarto día de arraigo pude comunicarme con mi hermana y informarle dónde estaba. El teléfono para comunicarme me lo ofrecieron desde el primer día, pero con tanto golpe y el estrés de la arresto, se me borró la memoria y no recordaba ningún número de mi familia. El único que recordaba era el de la residencia de mi mamá en que yo estaba viviendo, pero ella había fallecido hacía 2 meses y pues no había quién lo contestara.

Mi suelo era el cuarto y la habitación la 414. Aprendí a efectuar papiroflexia; varias de los compañeros saben hacerlo porque Zhenli Ye Gon, un empresario chino que ahí se mantuvo arraigado, les enseñó y dejó la tradición. Me dijeron que sobre el suelo en el cual pasé 80 días igualmente permaneció capturado el cantante Ramón Ayala y en el de la habitación de al costado, el convoy de música norteña Los Cadetes de Linares. Y alguna vez Daniel Arizmendi, El Mocharoejas.

¿Que cómo fue mi aprehensión? Ahí te va. 

Una semana luego de que Agentes Policiacos del estado de Hidalgo capturó a una célula zeta, 3 comandantes de plaza se pusieron de acuerdo para darles un escarmiento a los agentes y cocieron a balazos una agencia del ministerio público de Tula. 

Ejecutaron a un policía, a una secretaria y a un señor que iba pasando. 

Esto por capturar a un convoy de treinta zetas que eran comando armado, estacas y halcones. Les aseguraron una bazuca, varias AK-47 y R-15, granadas y 2 mil balas.

Esa tarde yo habia dejado a mis hijos con mi hermana por que me tenia que ir a un tianguis a trabajar en donde vendía ropa, pero  se me habían olvidado mis toallas sanitarias y mis cigarros me regresé a mi hogar. En tanto llegué miré que un carro color plomo estaba un fulano de lentes y bigote espeso, muy serio. A mi ya me andaba por entrar al baño, fuí y no había ocurrido ni un minuto en tanto escuché tocaban la puerta a modo de que quisieran derribarla.

No me apresuré a concluir lo que estaba haciendo, pensé: Que me esperen si tanto les urge. Salí del baño, me trasladaba a la sala para abrir la entrada en el momento que de repente la madera voló encima de pedazos, imaginé que la habían estallado con explosivos. Ligeramente y entendía lo que estaba sucediendo en el tiempo que ingresaron 2 tipos encapuchados apuntándome al rostro con unas metralletas. Les pregunté “¿Qué se les ofrece? ” y me agarraron de las greñas y me sacaron a la calle. Ahí empecé a entender que eran elementos de una dependencia policiaca porque había 30 civiles armados y 1 de ellos me dijo con voz intenso, a modo de militar: “Agáchate, hija de tu puta madre”.

Me cubrieron el rostro con una camiseta y me volvieron a meter a la domicilio. Me echaron a una silla y se sentó sobre mis piernas un oficial federal apuntándome con su pistola y en la nuca me apuntaba otro, no lograba ver pero escuchaba que cortaban cartucho y me pegaban con el cañón sobre la cabeza. 

Pensé  que me mataban y en mis 3 pequeños, todo revuelto. 

 

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