El ex jefe de sicarios del Cártel Arellano Félix y después del auspiciado criminalmente por el cártel de Sinaloa, es mantenido en una prisión de máxima seguridad, dado su perfil de “sujeto con expansión criminógena contaminable y umbral delincuencial bajo, mostrándose inintimidable al reproche social”. A principios del año en curso, Teodoro García Simental fue devuelto del Cefereso 11 Hermosillo al penal federal del “Altiplano”, donde enfrenta 18 procesos penales por delitos del fuero federal. Tres de sus hermanos también se encuentran en penales con las mismas características.
La imagen que en un tiempo pretendió dar el narcotraficante Teodoro García Simental, “El Teo”, en el sentido que es un hombre sensible, porque en años anteriores, sus carceleros le han dicho a sus hijos que es un capo sanguinario y se quejó ante diversas autoridades, es desvirtuada por un estudio criminológico penitenciario que asegura que el reo es manipulador e inintimidable.
Teodoro, Diego y/o Eduardo García Simental, que también es apodado “El Tres Letras”, “El Álamo”, “El Siete”, “El Tomatero”, “El Rubén” y “El Rojo”, fue examinado criminológicamente luego que el 30 de septiembre de 2015, fue trasladado del Centro Federal de Readaptación Social número 1 “Altiplano”, al Cefereso 11 CPS Hermosillo, y a principios de 2017, devuelto al penal federal de Almoloya de Juárez.
Con dicho estudio, las autoridades carcelarias combatieron una serie de juicios de amparo, promovidos por “El Teo”, quien buscaba ser excarcelado del penal de máxima seguridad de Sonora; sin embargo, se probó que el recluso cuenta con el perfil clínico criminológico para estar en un centro penitenciario de características especiales.
Los especialistas que entrevistaron al preso y recabaron los dictámenes jurídico, psicológico, de trabajo social, educativo, médico y del área de seguridad, se encontraron con un interno de complexión robusta, en “adecuadas condiciones de higiene y aliño personal”, que portaba su uniforme completo y con una actitud suspicaz ante los cuestionamientos de sus interlocutores, aunque colaborador.
El que fuera sicario y posteriormente jefe de célula en el Cártel Arellano Félix, fue valorado inicialmente por el área de Psicología, donde lo describen como un “sujeto que se encuentra ubicado en tiempo, espacio y persona, cuyas memorias se encuentran conservadas, sin presencia de algún tipo de alteración en la sensopercepción”.
Con base en la entrevista, se advirtió que Teodoro García presenta un pensamiento funcional de tipo deductivo, juicio autocrítico aumentado y heterocrítico disminuido, funciones mentales de integración superior en término medio. Durante la actividad, presentó un estado de ánimo normal.
La prueba de inteligencia arrojó como resultado que “El Teo” cuenta con coeficiente intelectual en término medio y se destacan rasgos de impulsividad, suspicacia, agresividad, evasión, oposicionismo y sensibilidad a la crítica. Un cuestionario de 16 factores destacó los rasgos referidos, además de inestabilidad emocional, ocultamiento, ansiedad y tensión.
En la dinámica criminológica se evidencia la dificultad del sujeto “para las relaciones interpersonales, mostrándose dominante ante las mismas, minimizando las consecuencias”.
De extracción urbana, zona criminógena alta, con presencia de amistades criminocontaminantes y grupos criminógenos, García Simental se vinculó al Cártel de Tijuana o Cártel Arellano Félix y después al Cártel de Sinaloa. Como conductas parasociales. El reo admitió el consumo de alcohol a partir de los veinte años de edad y tabaco de uso ocasional. Reconoció contar con tres heridas producidas por arma de fuego “durante un asalto hacia su persona”.
“El Teo” no reconoce la comisión de los delitos que se le imputan. Su negación “se auxilia de la formación reactiva, represión y racionalización como mecanismos de defensa para evadir responsabilidad, mostrándose manipulador e incoherente durante su discurso, denotándose suspicaz”, destaca el análisis.
Los especialistas diagnostican que, dentro de la dinámica grupal, el interno de máxima seguridad adopta el rol de líder emergente. “Su agresividad es contenida toda vez que se encuentra en entorno controlado, sin embargo, pudiera exteriorizarla, ya que el manejo de sus impulsos es inadecuado, asimismo su tolerancia a la frustración y capacidad de demora.
Peligroso. El estudio establece que la capacidad de discernimiento de Teodoro es limitada. “Por lo anterior expuesto, es un sujeto con expansión criminógena contaminable y umbral delincuencia bajo, mostrándose inintimidable al reproche social, siendo hábil e indiferente afectivo, toda vez que muestra escasos frenos inhibitorios, puesto que se ha hecho acreedor de múltiples sanciones disciplinarias en Centro de procedencia (Cefereso 1 Altiplano), lo que incrementa su nocividad delincuencial, proyectándose inintimidable al medio donde se encuentra, intentando mostrarse dominante para así conseguir algún tipo de benéfico propio, siendo notoria su escasa autorregulación”.
Como factores desencadenantes de sus características criminológicas, se encuentra la obtención de satisfactores económicos de manera fácil y rápida, además de su adhesión a grupo criminógeno por sentido de pertenencia, haciéndolo proclive a cometer el acto delictivo con mayor facilidad.
Los criminólogos firmantes señalan que de acuerdo a las constancias del centro penitenciario, “El Tres Letras” tuvo inicialmente una “función de sicario dentro del grupo criminógeno; posteriormente mudó al trasiego de drogas, tras la detención de los iniciadores de la organización criminal (Hermanos Arellano Félix) y, al manifestar las diferencias con los nuevos integrantes de la banda criminal, específicamente con Fernando Sánchez Arellano, alias “El Ingeniero”, hijo de Alicia Arellano Félix (representante moral y financiera del cártel, en conjunto con su hermana Enedina), quienes quedaron al mando aparentemente del cártel, éste tomó la decisión de aliarse en apariencia con el Cártel de Sinaloa, así como el Cártel del Golfo, ocurriendo enfrentamientos entre las diversas organizaciones.
También se destacan aspectos criminógenos familiares, pues tres hermanos del “Teo” se encuentran presos en diversas cárceles de máxima seguridad. Entre ellos, Marco Antonio García Simental y/o Mario Alberto Rivera “El Cris”, Manuel García Simental “El Chiquilín” y Eleazar, de los mismos apellidos, alias “El Viejo”, quienes tuvieron funciones importantes en el CAF; entre ellos el pago de nóminas a colaboradores, empaquetado y resguardo de cocaína, así como ejecuciones y desapariciones de personas indisciplinadas y enemigos.
PERFIL CLÍNICO CRIMINOLÓGICO DEL “TEO”
Clasificación criminológica: Reincidente genérico.
Clasificación por categoría: Autor Intelectual-Material de Alto Riesgo.
Indicadores Criminológicos
Capacidad criminal: Alta.
Adaptabilidad Social: Baja.
Índice de Estado Peligroso: Alto.
Riesgo Intrainstitucional: Alto.
Opinión sobre el sujeto en estudio:
Por otra parte ha de mencionarse que dicho perfil participa de una doble naturaleza probatoria, puesto que su contenido debe considerarse una prueba pericial, atendiendo a que lo plasmado en él, es una opinión técnica que ilustra y orienta respecto de Teodoro García Simental, en cuanto a las características para que continúe recluido en un centro de máxima seguridad. Lo anterior, con base en la metodología utilizada en su elaboración.
En ese contexto, se advierte que el interno Teodoro García Simental reúne las características de personalidad del perfil clínico criminológico para permanecer en Centros Federales de Readaptación Social.