Rafael Caro Quintero, "El Príncipe", "El Narco de Narcos", desde la clandestinidad, muy al estilo de todo lo que es y todo lo que representa, habla por primera vez ante los reflectores y como él mismo lo dice, lo hace, con la voz completa.
Rafael Caro Quintero quien, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, fundara el Cártel de Guadalajara nunca antes había sido videograbado, difícilmente había permitido ser entrevistado y fotografiado, sin embargo, fue el primer narcotraficante famoso de México.
Ahora es la revista Proceso, que en su edición 2073 en un entrevista exclusiva realizada por la reportera Anabel Hernández, la que le da su derecho de réplica.
“NO ESTOY EN GUERRA CON NADIE"
El controvertido encuentro con este medio periodístico se suscita, después que fuera asociado con la violencia generada en la comunidad de La Tuna, ubicada en el corazón de la zona serrana de Badiraguato, cuna de 'El Chapo' Guzmán y donde vive su madre, a lo que Caro Quintero pausada y claramente asevera: “No estoy en guerra con nadie; El Chapo y El Mayo son mis amigos”.
De acuerdo con la información de Proceso, narrará también su encuentro con El Chapo Guzmán durante un desayuno en 2013, cuando ambos estaban prófugos, y su entrevista con el otro líder del Cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada…
"...NO LO SECUESTRÉ, NI LO TORTURÉ Y NO LO MATÉ"
Además, en un segmento del video que ya circula como promocional en YouTube, al ser cuestionado por la muerte de Enrique Camarena, Rafael Caro Quintero sostuvo: "Nunca había hablado de este caso...es la primera vez...no lo secuestré, ni lo torturé y no lo maté".
¿Qué piensa usted de la legalización de la droga?...se hace el silenció y se dispara la expectativa.
No obstante, se adelanta: Caro Quintero habría pedido perdón a la sociedad mexicana, a la DEA y a Washington, se "lamenta" haber estado “en el lugar equivocado”. Y se justificaría explicando que se dedicó a la siembra y tráfico de mariguana porque “de alguna manera había que sobrevivir”.
Pese a que Julio Scherer, en aquella entrevista famosa en Almoloya afirmara: Rafael Caro Quintero es un zombi. Dejó de vivir. Calada la gorra beige hasta las cejas, corre vueltas y vueltas alrededor del patio. No altera el paso, rítmicos los movimientos, perfectos. El cuello permanece inmóvil y el cuerpo carece de expresión. Nada lo detiene, nadie lo interrumpe...Primero fue Caro Quintero, luego vinieron, los otros. En el artículo que lanza Proceso, previó a la publicación de la entrevista, Anabel Hernández describe a detalle a Rafael, el lugar y a sus acompañantes, relato que nos hace percibir a un Caro Quintero, como el señor que sostiene el poder sin vanagloriarse, una sombra sobria y peligrosa. Demasiado sigilosa.
"La espera transcurre en algún lugar del norte de México. Es una tarde que anuncia tormenta. De pronto, como fantasma, aparece caminando, con paso relajado, un hombre de 63 años, erguido en su metro ochenta de estatura. Tiene la tez bronceada y las manos encallecidas. Bajo la gorra azul asoma el cabello corto teñido de oscuro. Muestra una dentadura perfecta y brillante y su cuerpo –delgado, correoso", así lo dibuja la reportera.
Caro Quintero da su versión de los hechos en total austeridad y en un clima lluvioso; el artículo, que desafía y desaira los 5 millones de dólares que se ofrecen por su cabeza, será transmitido este 25 de Julio a las 12 horas en Proceso TV. Fuente proceso , El Debate